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El tema del Soberano Celestial, el ascenso al trono imperial de Naruhito, emperador de Japón, y el inicio de una nueva era denominada Reiwa, fue abordado por los queridos de los viernes en anterior columna (Novedades Yucatán, 3 mayo 2019).

La información se actualiza con los rituales y actos celebrados esta semana en la fiesta magna por la entronización de Naruhito, cuyo padre Akihito le cedió el Trono de Crisantemo, considerada “la primera abdicación en más de dos siglos”.

El acto de entronización se efectuó en el Salón de Estado Matsu-no-Ma, del Palacio Imperial. El emperador Naruhito es el 126º de una de las monarquías hereditarias continuas más antiguas del mundo.

El Transcriptor lee, según una publicación española (“Muy Historia”), que Japón es la única nación moderna que aún se refiere al jefe de su familia real como emperador, quien es el jefe de Estado y la máxima autoridad de la religión shinto. En japonés, el emperador se llama tennoo, “Soberano del cielo”, algo que remite a la idea de que la familia imperial desciende de los dioses. El Imperio nipón se remonta hasta la fecha mítica del 11 de febrero del 660 a.C.

(El erotómano de la vida de La Columna Viernes Cultural dice que hay que profundizar en el tema, ya que, según la propia información, “hasta el siglo XX, los emperadores japoneses solían tener una esposa oficial y varias concubinas, todas de familias nobles”. Esto le recuerda otra costumbre ancestral, ésta de China, también de las civilizaciones más antiguas, leída en la novela de Rafael Bernal, “El complot mongol”: “Esa es una costumble china, mu vieja costumble china y mu honolable. Cuando muje ya está vieja, homble toma mujel segunda, pala dejal descansal a mujel plimela”.

No te apartes del tema, regaña La Columna Viernes Cultural, sigue con Naruhito. Su nombre completo es Hiro-no-miya Naruhito Shinn. Inaugurará la Era Reiwa, “Bella armonía”. Es graduado en Historia por la Universidad Gakushuin, especializado en Historia Medieval de Japón, y estudió Historia Económica en Oxford. La emperatriz consorte es Masako Owada y tienen una hija, Aiko, próxima a cumplir 18 años.

A la entronización de Naruhito viajó en representación del gobierno mexicano la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero Dávila (“Olghita”, para estar a tono con los festejos japoneses… No, regaña la querida de los viernes, ella es republicana, miembro destacado de la “República amorosa” de la 4T).

Muy bien, agrega, ya hablaste del Soberano del cielo, pero, ¿quiénes son los dos personajes enfadados? El primero (el burro por delante) soy yo, Rolandhito, que tenía mejor derecho que Naruhito para ascender al Trono de los Crisantemos. Lo reitero: por justicia, yo seguía en la escala celestial.

El otro, según se dice, es el gobernador. Él quería asistir en representación del presidente de México. Quería echarse otro viajecito al milenario Japón para cantar “Banzai”, probar un sake (licor de arroz), syou-chû (licor de trigo o de patatas) y ama-zake (licor de arroz dulce), y saborear un bocadito de Sushi de huevas de erizo de mar…

De nada… Saludos…

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