Volver a la isla de Juan Fernández

Verónica García Rodríguez: Volver a la isla de Juan Fernández

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Julio Cortázar, en su texto Adiós, Robinson, refleja esta relación entre el hombre occidental y el americano, siempre marcada por el sentido de superioridad y de poder. Robinson Crusoe vuelve con Viernes, su criado, a la isla de Juan Fernández muchos años después. Aquella isla, antes desierta, ahora está urbanizada y goza de las mieles del progreso. Es ahí donde Robinson puede verse en el espejo, cuestiona su soledad, una soledad más triste que la que tenía cuando realmente estaba solo en la isla; cuestiona su libertad y ve a Viernes como un ser más auténtico y libre. ¿Quién salvó a quién? Se preguntará constantemente, mientras Viernes no puede aguantar la risa, cada vez que dice amo, refiriéndose a Robinson: 

“Robinson: —…Es difícil explicarlo, Viernes, digamos que no entendí lo que hacía contigo, por ejemplo. 

Viernes: —¿Conmigo, amo? (risita). Pero si hiciste maravillas, acuérdate cuando me cociste unos pantalones para que no siguiera desnudo, cuando me enseñaste las primeras palabras en inglés, la palabra amo (risita), las palabras sí y no, la palabra Dios, todo eso que se cuenta tan bien en el libro… 

Robinson:—¿Qué quieres, todo eso había que hacerlo para arrancarte de tu condición de salvaje, y no me arrepiento de nada. Lo que no fui capaz de entender es que alguien como tú, un joven caribe frente a un vetusto europeo… 

Viernes (riendo): —Tú no eres vetusto, amo. 

Robinson: —No te hablo de mi cuerpo, sino de mi historia Viernes, y es ahí donde me equivoqué contigo cuando pretendí hacerte entrar en la historia, la nuestra por supuesto…” 

Paradójicamente al asombro y admiración que sentimos por culturas amerindias, la violencia que vive la población indígena en América, en México, es la más recurrente, antigua y silenciada, tal vez porque tanto ellos como nosotros, nos hemos acostumbrado a ella como algo cotidiano y cada día nos cuesta más hacerla evidente. A pesar de los esfuerzos institucionales y las buenas intenciones, esta violencia se hace presente en la obligación de aprender otro idioma diferente al suyo para tener acceso a los servicios básicos, así como el uso turístico de sus tradiciones, de su vivienda, vestimenta, comida, pero a la vez, ser el sector de mayor pobreza del país. 

Sin embargo, del pensamiento originario de los pueblos americanos, como el maya, podríamos rescatar valores que sirvan de base paraconstruir espacios de paz, humanistas e incluyentes, que respondan a las necesidades urgentes que se viven en los diferentes territorios de nuestro país. 

“Viernes: —Y eso explica acaso lo que te ocurre ahora, pobre Robinson Crusoe. Tenías que volver aquí conmigo para descubrir que entre millones de hombres y de mujeres estabas tan solo como cuando naufragaste en la isla. Y sospechas acaso la razón de esa soledad. 

Robinson: —Sí, creo que la sospeché mientras hablaba con Nora en el hotel, fue como si de golpe pensara en tal como eras el día en que te salvé la vida, desnudo e ignorante y caníbal, pero al mismo tiempo, tan joven, tan nuevo, sin las manchas de la historia, más cerca, tanto más cerca que yo del aire y los astros y los otros hombres…” 

Lo más leído

skeleton





skeleton