Nos acercamos a la Navidad y, como cada año, otra tradición se suma a la de las posadas: el Día del Escritor, que cada 20 de diciembre reúne a los creadores de la palabra.

Esta conmemoración, que hoy se celebra con un desayuno al que convoca la Secretaría de Cultura y las Artes de acuerdo al presupuesto y a los intereses de la administración en turno, tiene su origen en una iniciativa civil, promovida por la escritora Elvia Rodríguez Cirerol a finales de los 80’s.

De esta manera, cuando apenas el Instituto de Cultura de Yucatán (ICY) comenzaba forjarse como institución, un grupo de escritoras, entre las que se encontraba la maestra Nidia Esther Rosado con sus alumnas del taller literario, se reunieron para desayunar por primera vez un 20 de diciembre de 1998 para celebrar el oficio de escribir.

Al año siguiente, el desayuno por el Día del Escritor es acogido por el Instituto de Cultura de Yucatán, con el apoyo del Profr. Adonay Cetina, quien fuera director fundador del ICY de 1998 a 1990. A éste, que se realizó en el hotel Caribe de la ciudad de Mérida, se integraron los jóvenes que recién fundaban el Centro Yucateco de Escritores, A. C. y los que asistían al Taller de la Uady, coordinado por el maestro Joaquín Bestard.

A partir de entonces, este desayuno, ya institucionalizado, ha pasado por varias sedes como el edificio antiguo de la Casa de la Cultura del Mayab y que antes albergó al Fonapas; y también por varias etapas, como, cuando estando al frente de área de literatura del ICY, el poeta Óscar Sauri Bazán, el desayuno era el marco para conocer la reciente producción de los escritores yucatecos, quienes leían en voz alta parte de su obra. Pero, al ser restringida la palabra de los creadores a un sólo discurso, se realizaron desayunos alternos como protesta por la actuación de las autoridades frente a la literatura y los escritores.

En 2008, con la fundación de la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán se sumó a esta celebración durante tres años convocando a una cena en la víspera del Día de Escritor.

Así, este tradicional desayuno se ha realizado ininterrumpidamente, pues, durante el confinamiento, la Sedeculta no realizó el correspondiente a 2020; sin embargo, los escritores, haciendo uso de la virtualidad, se reunieron a distancia y brindaron por esta vocación que nos hizo mantenernos cuerdos durante aquellos meses.

Si bien es cierto que este desayuno ha tenido diversas facetas, los escritores siempre han hecho suya esta celebración, pues al término del acto oficial, se dan cita en “El lucero del Alba”, cantina ubicada a una esquina del Paseo de Montejo, donde continúan la tertulia que terminará en otros espacios de acuerdo a los colectivos vigentes, pero siempre hasta el anochecer.

Sin duda, este año también nos daremos cita para brindar por todos los compañeros que se nos adelantaron en el camino durante esta pandemia, pero que siguen vivos a través de su obra. ¡Feliz Día del Escritor!