2022: perspectivas
Verónica García Rodríguez: 2022: perspectivas
Sin duda, las fiestas navideñas fueron el espacio ideal para olvidarnos del estrés, el dolor, la angustia e incertidumbres que nos causaron el 2020 y 2021. Más allá de las noticias, rumores, políticas y recomendaciones médicas, decidimos fundirnos en abrazos y regalarnos un momento familiar, cuando mejor, al aire libre, con sana distancia y cubrebocas.
El caso es que iniciamos este 2022 con mucha esperanza, pero con la llegada de la variante Ómicron que, antes de Navidad ya había golpeado a Europa y a una velocidad más rápida que la primera cepa del Covid-19, y se ha propagado por América Latina.
En México, cuando antes nos alarmábamos por un conocido infectado, ahora, durante estos primeros días de enero, nos enteramos de varios amigos y familiares contagiados al mismo tiempo, pero parece que nos la llevamos con más calma, porque —según nos han dicho— Ómicron es contagiosa pero menos agresiva o quizá, porque en su mayoría ya estamos vacunados y tenemos la sensación de estar protegidos, porque hemos elevado nuestras vibraciones con ejercicios mentales, porque hemos tenido tantas pérdidas que todavía estamos en duelo o porque simplemente nos hemos acostumbrado.
Nuevamente, estamos en la antesala de las restricciones sanitarias, pues los hospitales están saturados y, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador diga que Ómicron es como una vacuna gratuita y masiva, está resultando un gran problema de salud pública que impacta de nueva cuenta a las familias, sobre todo las que menos tienen.
Si bien la Covid-19 nos ha enseñado lo vulnerables que podemos ser y que los errores administrativos siempre salen a la luz en contextos de crisis, también nos mostró lo resilientes que podemos llegar a ser.
Nuestras perspectivas se han modificado a lo largo de toda esta pandemia y seguirán confrontándose en los meses por venir, meses en los que seguramente veremos nuevas políticas educativas, laborales, económicas, etc. que girarán entorno a este nueva variante del virus, que esperemos sea la última. Sin embargo, si algo determinará nuestra vida son las perspectivas con que las que abordemos las experiencias de este nuevo año, porque el devenir es inminente, pero también nos crea la expectativa de que “el sol es nuevo cada día”.