Un poema de amor: “El Cantar de los Cantares”

Verónica García Rodríguez: Un poema de amor: “El Cantar de los Cantares”

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El amor es un sentimiento que une a los seres humanos desde el principio de los tiempos y se ha expresado en distintas formas a lo largo de la historia y de las culturas. Así, libros como la Biblia pueden llegar a sorprendernos.

La Biblia, además de ser uno de las obras más bellas que se han escrito —y esto no podría ser de otra manera, en tanto que sus textos fueron dictados, según la creencia cristiana, por el mismísimo Dios—, reúne una serie de libros de la más excelsa literatura hebrea, que más allá del propio aprendizaje humano y filosófico que contiene, podemos disfrutar de diversas historias, en diversas formas narrativas y poéticas, como lo es uno de los poemas de amor más antiguos y emblemáticos de la cultura judeocristiana: “El Cantar de los Cantares”, un poema espléndido, de un erotismo delicado y muy sugerente, que lo hace vigente hasta nuestros días.

¡Bésame con los besos de tu boca! / ¡Porque más embriagantes que el vino son tus amores! / Suave es el perfume de tus bálsamos… / Tu nombre va manando de aceites aromáticos… / ¡Por eso te aman las doncellas! / ¡Llévame tras de ti… Partamos!

A primera vista, “El Cantar de los Cantares” se estructura como un poema de amor conyugal a voces o cantos alternos. Se trata de dos amantes, un joven pastor y una sulamita, que han sido obligados a separarse, que se buscan con desesperación y cantan su amor en una forma poética esplendida. Se reúnen y vuelven a separarse, con la profunda esperanza de volver a estar juntos para siempre.

Una de las claves de este poema del Libro de Salomón es la forma descriptiva, sensual e inspiradora con la que se desarrollan todas las situaciones, utilizando la metáfora a través del mundo de la naturaleza, los frutos, las flores, los capullos, los árboles y la miel, para relacionarlo con los enamorados, el deseo de verse y el amor entre ambos.

Mi amado sube la voz para decirme: / “¡Levántate, mi amada, belleza mía, ven hacia mí! / ¡Ya pasó el invierno y la lluvia terminó!

Y así como puede leerse este poema también como un canto a Dios, como perfecto esposo del pueblo creyente; de la misma manera puede verse como una colección de cantos eróticos que celebran el amor humano protagonizado por un hombre y una mujer, cuya unión es otra forma de amar a Dios, pues Éste es quien los ha bendecido.

Ahuyentad a las zorras pequeñas / que a las viñas causan daño: / nuestras viñas ya están en flor.

¡Es mío el amado que apacienta / su rebaño entre azucenas! / ¡Y yo soy de él!

Antes que amanezca el día / y las sombras desaparezcan, / queda conmigo, mi amado, y huye después, / ligero como la gacela o como la cabra montés / por los montes perfumados.

Como podemos ver, la lectura de la Biblia es altamente recomendada, ya que está llena de sorpresas; no deben asustarse por su gran volumen o las letras pequeñas; pues ahora, también puede consultarse en línea. Lo importante es atreverse a disfrutar del exquisito arte de la palabra.

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