Los niños de la pandemia

Verónica García Rodríguez: Los niños de la pandemia.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El mes de abril nos hace inevitable detenernos a pensar en los niños y niñas que durante dos años estuvieron lejos de las escuelas, recibiendo el ensayo y error de las políticas educativas implantadas durante la pandemia.

Fue a finales de marzo del 2020 que recibimos, al menos en México, la noticia de que éramos parte de esta crisis mundial de salud, la cual veníamos escuchando meses atrás, desde el cierre de las fronteras de la ciudad china de Wuhan y, después, Tailandia, Corea, Taiwán, Italia, España y Francia. Sin embargo, la pandemia se hizo una realidad cercana cuando, además de los vuelos, se suspendieron las clases regulares en las escuelas, y más tarde, cuando esta medida se fue extendiendo a finales del curso escolar.

En ese momento, las prioridades eran la insuficiencia hospitalaria, la vulnerabilidad de los adultos mayores, las muertes que se daban a nuestro alrededor y, con el confinamiento, el desempleo, la escases de servicios y el golpe económico; sobre todo a la clase trabajadora, dependiente de las pequeñas y medianas empresas de servicios no indispensables, como restaurantes, bares, tiendas de ropa y cines, entre otras.

Era momento de reinventarse para sobrevivir, de tratar de entender los cambios que nos exigía una experiencia inédita para estas generaciones, donde el miedo, la incertidumbre y el dolor se apoderó de los adultos.

¿Y los niños? En aquellos días sólo pensamos en resguardarlos, pero difícilmente nos detuvimos en observar que ellos también sentían incertidumbre ante todo lo que veían y escuchaban, más allá de las noticias, veían la angustia de sus padres y madres, tuvieron miedo de quedarse solos a consecuencia del nuevo virus.

Los niños y las niñas se convirtieron en guardias de la salud de sus casas, aprendieron antes que todos a usar el cubrebocas, a lavarse las manos y a acatar las disposiciones y restricciones. Aprendieron a estudiar y a jugar con los recursos con los que contaban en casa.

Los niños de la pandemia son una generación que se adaptó a socializar mediante la virtualidad y que al mismo tiempo se enfrentó a la muerte, a su propio miedo y al de una sociedad que los vio de la noche a la mañana como una amenaza por ser posibles vectores del SARS-CoV-2, altamente peligrosos por ser asintomáticos.

Ahora, en la post-pandemia hemos vuelto a las escuelas, casi en su totalidad, y empezamos a ver los estragos del confinamiento infantil y adolescente, que se reflejan en el incremento de la deserción y rezago escolar, el trabajo infantil, los embarazos adolescentes, el abuso sexual y consumo de sustancias. La escuela está siendo receptora de las primeras señales de los efectos emocionales y psicológicos de la pandemia en nuestros niños y niñas.

Por eso, la revista Lectámbulos, en su edición de abril “Los niños de la pandemia”, abre esta disertación, aunque, sin duda, el verdadero recuento de los daños, como ha sucedido históricamente, lo experimentaremos en el futuro. Si te interesa el tema te recomiendo continuar leyendo en: http:// lectambulos.com.

Lo más leído

skeleton





skeleton