Cuando uno está atento a todo, se vuelve sensible, y ser sensible es tener una percepción interna de la belleza, es tener el sentido de la belleza Krishnamurti

Hay personas que con solo escucharlas un momento son capaces de transmitirte una tranquilidad y paz indescriptible, una de ellas es Paloma Sainz Vara de Rey, la mujer experta en meditación que un buen día se despertó y decidió dar la vuelta al mundo, pero lo hizo persiguiendo una gran misión.

Si cada ser humano aprendiera a vivir con una mente en calma y un corazón abierto ¿de qué seríamos capaces?, esa es una constante interrogante en la vida de Paloma. Tal vez por eso decidió fundar una organización que se dedica a fomentar en el ser humano, la atención plena y la compasión, algo que realiza sin ánimo de lucro.

Era el año 2019 cuando ella emprendió un viaje en el que dio la vuelta al mundo a lo largo de dos meses, en ese tiempo visitó Lima, San Francisco, Tokio, Sídney, New Delhi, Jerusalén y Ciudad del Cabo. Estuvo también en siete de los sitios más sagrados del planeta: Lago Titicaca, Mt. Shasta, Mt. Fuji, Uluru, Boudhanath, Monte de los Olivos y Table Mountain.

Y todo ello tenía un firme propósito, el de conocer a los creadores de algunos de los programas educativos de mindfulness y compasión más inspiradores en el mundo. Este tema es por mucho importante para la novelista, ya que el estandarte de su mensaje es la urgencia de que las personas se den cuenta de que cada vez que piensan, hablan o actúan están creando un espacio, el cual puede ser de paz o de conflicto.

Tuve la fortuna de platicar con Paloma, fue en esa oportunidad que descubrí la tranquilidad y la paz que inspira con su filosofía de vida. En esa ocasión hablamos acerca de un libro que escribió en el 2015, pero que estrenó una nueva edición este 2022, se llama “Mindfulness para niños”, pero la autora no dudó en aclarar durante la entrevista, que era más para los padres, que para los hijos.

Me llamó mucho la atención una frase del Dalai Lama que ella decidió incluir entre sus páginas, dice “que si enseñamos a cada niño de ocho años a meditar eliminaríamos la violencia en una sola generación”. Mi corazón se puso contento al leer esas líneas.

Paloma invita a sus lectores a vivir la maravillosa experiencia del mindfulness, aconsejándoles que construyan un lugar en su interior, en el que puedan refugiarse para encontrar la paz y la tranquilidad. Asegura que a través de la respiración y practicando la atención plena se llega a ser capaz de dominar los pensamientos y las emociones.

Le pedí a Paloma un mensaje para quienes leen estas líneas y dijo:“cuando empezamos a meditar y a estar más atentos de nuestro entorno, nuestra vida se transforma. No es una pastilla que se toma un día y funciona, es algo que va sucediendo poco a poco. Y nos va transformando durante toda la vida”. ¿Te animarías a vivir con una mente en calma y un corazón abierto?