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La ansiedad sobre el tiempo venidero
dispone al hombre a indagar
acerca de las causas de las cosas

Thomas Hobbes

Creo que los planes a futuro son una moneda al aire, puede que se tenga diversas expectativas en la vida, pero no siempre está a nuestro alcance que las circunstancias sucedan tal como esperamos. Y aunque resulte frustrante por diversos motivos, no podemos hacer mucho para cambiarlo.

Dicen que si algo no está en tus manos debes renunciar a preocuparte, soltarlo y dejarlo ir, suena sencillo y alentador, pero en realidad es complicado, ya que por naturaleza los seres humanos aspiramos al control, buscamos cumplir con los objetivos, como si se tratara simplemente de seguir un instructivo, pero la realidad no llega con un manual de uso.

Por el contrario, la vida nos sorprende en ocasiones, poniéndose de repente en modo automático, como si se manejara sola, como si se empeñara en demostrarnos que no le interesan los planes que hayamos hecho, que le resultan insignificantes nuestras estrategias, comienza a dirigirse hacia donde no queríamos, y justo cuando buscamos meter freno, ella pisa fuerte el acelerador.

Entonces te das cuenta de que eres un simple ser humano que muy poco control tiene sobre el porvenir, que el futuro es imperfecto, y que, aunque lo tengas muy bien planeado, no siempre te va a complacer.

Luego de ver frustrados sus anhelos, las personas comienzan a vivir con ansiedad, esa compañera que disfruta activar el sistema nervioso, que se deleita ante la inquietud de quien la padece y encuentra un melodioso ritmo en los latidos constantes del corazón angustiado.

La ansiedad es como una molestosa alarma que avisa infatigablemente que algo no está bien, el motivo por el cual resulta muy cansado sentirla es porque además de sus síntomas físicos, también afecta de lleno a los pensamientos, hace que la persona esté pendiente del más mínimo detalle.

La Dra. Tracy Dennis-Tiwary, maestra en Psicología y Neurociencia, realizó un extenso estudio sobre este tema, el cual publicó en su libro “El futuro es incierto”, allí la especialista señala que tal como dijo Søren Kierkegaard, filósofo reconocido como el padre del existencialismo, es posible experimentar la ansiedad de manera correcta.

“La ansiedad quiere ser nuestra amiga, quiere que la reconozcamos, que la validemos, que la escuchemos, la atesoremos y le prestemos atención. Se siente de lo peor, porque está tratando de decirnos algo, que, aunque no queremos escuchar, es necesario. Si le hacemos caso, nuestra vida será mejor que si intentamos huir de ella”, asegura la Dra. Tracy Dennis.

Y no suena tan descabellado, debemos recordar que la ansiedad es esa misma emoción que sentimos cuando saldremos de viaje, o cuando estamos frente a algún acontecimiento deseado. No es mala, sólo es fastidiosa, pero hay que aprender a dominarla, tomándola como un llamado para prepararnos si las cosas no suceden como esperamos. No hay estrategia para vivir, todo puede cambiar de repente, más vale que tomemos de la mano ese miedo por las sorpresas que podría traer el futuro, porque la incertidumbre es la única certeza que existe.

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