En el dinámico escenario económico actual, Yucatán se encuentra en una posición estratégica gracias a la creciente tendencia del “friendshoring”, una nueva práctica comercial que está transformando las relaciones entre México y Estados Unidos. Este fenómeno, derivado de la cercanía y alianza entre ambos países, proyecta un panorama positivo para la llegada de inversiones a la entidad en este 2024.

En el año 2022, el comercio de bienes y servicios entre Estados Unidos y México superó los 850 mil millones de dólares. En este período, México se convirtió en el mayor socio comercial de Estados Unidos, desplazando a China después de mantener ese puesto durante 14 años.

El “friendshoring” se posiciona como un poderoso catalizador para la economía yucateca, especialmente después de las reuniones estratégicas sostenidas a finales del año pasado entre miembros del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Gobierno de Yucatán y representantes de los departamentos de Estado y Comercio de Estados Unidos.

Aunque Yucatán ya se beneficia del “nearshoring” debido a su proximidad geográfica con Estados Unidos, el “friendshoring” lleva la colaboración a un nivel superior. La distinción clave radica en que no sólo se comparte cercanía geográfica, sino que México y Estados Unidos son considerados aliados comerciales estratégicos.

La percepción de México como un país amigo por parte de Estados Unidos se traduce en un respaldo significativo a la transición de muchas empresas que actualmente producen en Asia, fomentando la reubicación de sus operaciones hacia México. Esta percepción aliada emerge como un factor crucial que impulsa el “friendshoring” y coloca a Yucatán en el radar como un destino atractivo para la inversión extranjera.

La combinación de factores como la proximidad aliada con Estados Unidos, la estabilidad social y legal, y una infraestructura en constante crecimiento, contribuyen a consolidar a Yucatán como un destino cada vez más atractivo para la inversión extranjera.

El Estado atraviesa una buena etapa en sectores clave como el turismo, los servicios, el comercio y la manufactura, augurando un arranque positivo para los diversos sectores productivos a lo largo de este año. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las oportunidades de “nearshoring” y “friendshoring” en América Latina y el Caribe podrían representar un aumento potencial de hasta 78,000 millones de dólares, siendo México uno de los países más beneficiados.

Las industrias automotriz, textil, farmacéutica y de energías renovables se perfilan como grandes beneficiarias de estas oportunidades. Yucatán, con su entorno propicio y una visión de desarrollo sostenible, se encuentra en una posición única para capitalizar estas tendencias, consolidando su papel como un actor clave en la nueva era económica que se avecina.

NOTA BENE: se habla de que por lo menos medio centenar de pequeños negocios de la ciudad de Mérida han tenido que ajustar su operación ante el constante incremento de precios.