Las cuevas en los tiempos bíblicos (I)
Carlos Evia Cervantes: Las cuevas en los tiempos bíblicos (I).
El libro “Perspicacia para comprender las escrituras” menciona la existencia de numerosas grutas ubicadas en el Cercano Oriente, las cuales en los tiempos antiguos del pueblo hebreo, fueron usadas como moradas permanentes, refugios temporales, cisternas, establos y almacenes.
Al respecto Edward Hughes señaló que décadas previas al nacimiento de Cristo, el imperio romano dominaba la región citada y la incursión de sus tropas era frecuente. Una secta de hebreos, los esenios, huyendo de las legiones imperiales, se refugió en unas cuevas de la costa occidental del Mar Muerto. Llevaron consigo sus documentos hechos con cuero, papiro y, en menor medida, de metal. Se instalaron en 275 cuevas y en ellas depositaron sus documentos dentro de vasijas de arcilla. Allí permanecieron ocultos durante casi 2000 años hasta que unos beduinos las descubrieron accidentalmente y luego llegaron a manos de los científicos que ahora los estudian. Así es como se conocieron los ahora famosos Rollos del Mar Muerto.
Regresamos a lo que dice el libro de Perspicacia, y encontramos que Lot y su familia salieron de Sodoma justo cuando esta ciudad iba a ser destruida. Su mujer de Lot se convirtió en una estatua de sal por desobedecer a Dios y mirar hacia atrás. Poco después, Lot y sus hijas ocuparon una cueva para vivir. Dado que los futuros yernos de Lot habían muerto en Sodoma, sus dos hijas no tenían cónyuges. Dice el texto que ellas embriagaron a su padre y tuvieron relaciones sexuales con él. Lo hicieron con el fin de procurar la descendencia del linaje. Como resultado, cada una tuvo un hijo, de los que provinieron los moabitas y los amonitas.
Otra cueva mencionada en la Biblia es la de Macpelá, en Hebrón, misma que Abraham compró y utilizó como sepulcro. Ahí fue depositado el cuerpo de este patriarca, su esposa y descendientes. La famosa tumba de Lázaro en Betania, a quien Jesús resucitó, era de hecho una gruta. En Maqueda, cinco reyes amorreos se escondieron de la persecución de Josué en una caverna, pero éste los atrapó y convirtió la cueva en la sepultura de esos monarcas.
Después de matar a Goliat, David escapó de la envidia de Saúl y se refugió en la cueva de Adulam. Perseguido de nuevo por Saúl, se escondió en una gruta del desierto de Enguedi. Cuando David fue hecho rey, la cueva de Adulam se convirtió en el centro de operaciones durante la campaña militar contra los filisteos.
Jezabel, reina eventual de Israel, pero de origen fenicio, intentó matar a todos los profetas de Jehová. Abdías alimentó a cien de ellos que se habían escondido en una caverna. Elías también huyó de Jezabel y se refugió en una cueva de Horeb, en donde Jehová le dio instrucciones de regresar a la lucha. (Continuará).