San Antonio Abad
Carlos Evia Cervantes: San Antonio Abad.
Al principio del cristianismo no había sitios específicos donde los hombres de fe pudieran transmitir el mensaje de esta religión. La mayoría de ellos utilizaron las cuevas que estaban en los bosques para meditar y recibir a sus adeptos.
Tomás Parra Sánchez publicó que San Antonio Abad nació en Kome, aproximadamente en 251 y murió en Kolzim hacia 367 d.C., ambas localidades de Egipto. Muertos sus padres recibió su herencia, pero también se hizo responsable de una hermana pequeña. En el Evangelio de Mateo dice que decidió encargar a su hermana con sus parientes. Luego vendió y regaló sus bienes para hacerse ermitaño.
Hans Biedermann, al citar su biografía, menciona que se retiró a una gruta para llevar una vida solitaria de oración y meditación. Fue el primer personaje, comprobado históricamente, en la práctica del monacato en el desierto de Egipto. Este género de vida era agradable a Dios, pero fue un reto para el Diablo. Entonces el maligno lo tentó, pues quiso despertar su lujuria primeramente con figuras de mujeres de irresistible belleza. Posteriormente, trató de apartarlo de aquella manera santa de vivir, atormentándolo con la ayuda de espíritus demoníacos, pero Satán no tuvo éxito.
Parra Sánchez escribió que la vida de San Antonio Abad transcurrió entre ayunos y duras penitencias que le permitían vencer los continuos ataques diabólicos. Daba consejos espirituales a quienes se lo pedían. Al ver que muchos cristianos seguían su ejemplo, escribió una Regla para ellos y fundó dos monasterios en los que estableció la vida comunitaria austera y solitaria. En el año 311 fue a la ciudad de Alejandría para aconsejar a las autoridades eclesiásticas y discutir sobre el hereje Arrio y sus doctrinas. De nuevo se retiró a una cueva remota en el monte Kolzim para huir de sus admiradores. Entre sus amigos estuvo San Atanasio, quien lo visitó varias veces y escribió su primera biografía. A San Antonio se le considera el padre de los ermitaños.
Biedermann dice que a los 90 años, Antonio fue al desierto para visitar a un anciano eremita de 110 años llamado Pablo y fue un lobo quien le indicó el camino. Hacia 1270, Jacobo de Vorágine escribió las leyendas de San Antonio. Una de las más conocidas es la del hermano que habían renunciado a la vida mundanal, pero no completamente, porque conservaba en secreto una parte de sus bienes. San Antonio le dijo que fuera a comprar carne y cuando retornaba se le echaron encima los perros y le mordieron. Entonces San Antonio le dijo: “El que renuncia al mundo y, sin embargo, quiere los bienes del mundo, es atacado y destrozado por los diablos”.
Se le considera Patrón de los pastores, vaqueros, porqueros, salchichoneros y cesteros; también se le invoca contra enfermedades de la piel, los contagios y las propias de los animales.