En San Luis Potosí, como en muchas ciudades del mundo, está vigente el mito de los conductos subterráneos bajo la urbe. Mariano Aguilar hizo un recuento de las versiones provenientes de la tradición oral para respaldar la idea de que tales conductos sí son reales.

Dice que, en varias casas particulares, donde se hicieron excavaciones con el propósito de hallar tesoros, se han descubierto túneles. Ejemplos de lo anterior son los siguientes casos: en una casa de la calle Juan Sarabia; otra es la situada frente al jardín Escontría, de donde sacaron, en el año de 1965, más de treinta y cinco esqueletos humanos completos, los cuales pertenecían a personas adultas. En ese mismo lugar encontraron antiguas monedas de cobre con el cuño de las Casas de la Moneda de Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí y Real de Catorce. Tanto los esqueletos como las monedas fueron rescatados para su estudio, por la Universidad Autónoma de San Luis. Otra más, es una casa situada en la Calzada de Guadalupe, de la cual extrajeron barras de oro y plata, enterradas en un túnel que probablemente se dirigía al Santuario de Guadalupe. En todos los casos anteriores, los túneles fueron tapados para evitar problemas.

Antiguamente, antes de que hubiera en la ciudad la red de agua potable, se acostumbraba hacer pozos de poca profundidad y de amplio diámetro. En algunas ocasiones se encontraban con túneles que luego fueron cerrados. En una ocasión, durante la época de lluvias, se hundió un tramo en la Alameda y en ese lugar quedó al descubierto un túnel, pero como los muchachos entraban frecuentemente en él, las autoridades optaron por clausurarlo.

Se cuenta que cuando el Gobierno del Estado concedió al señor Arturo Sandoval el contrato para que extrajera toda la tierra que rellenaba la calle de Mier y Terán, con la condición de dejar la calle bien restaurada, se localizaron dos entradas en sendos túneles y los curiosos no cesaban de introducirse en ellos, razón por la cual se taparon.

En la ciudad de San Luis existen más de treinta iglesias, de las cuales quince son de construcción antigua, de la época de la Colonia; se supone que todos los templos están comunicados por túneles, por lo que se deduce que la red es bastante larga. Escritores muy reconocidos como José Francisco Pedraza, Joda Mejía y Adrián René Contreras, aseguran la existencia de los túneles, concluye Mariano Aguilar.

Para precisar este tema le consulté al connotado espeleólogo potosino Marco Luna Barrios sobre este asunto y dijo que la existencia de estos túneles aún es motivo de polémica. A reserva de que más adelante se pruebe lo contrario, el relato de los túneles de San Luis Potosí es un claro ejemplo del mito de los conductos subterráneos bajo las ciudades.