El arte rupestre en Baja California

Carlos Evia Cervantes: El arte rupestre en Baja California.

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Las pinturas rupestres del estado de Baja California, México, han sido visitadas por numerosos personajes célebres. Algunos hicieron estudios diversos y otros elaboraron reportes. Uno de los más relevantes entre dichos personajes fue León Diguet. Así lo publicó María Teresa Uriarte.

Diguet, con el espíritu de un verdadero científico, escribió en 1895 un estudio sobre las pinturas rupestres que se localizan entre los paralelos 23 y 29, constituyendo su testimonio una valiosa referencia acerca de la importancia de las manifestaciones gráficas rupestres de los antiguos habitantes de la región.

En 1912, Jorge Engerrand, del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología de México, escribió dos artículos publicados en los “Anales” de ese año y que hablan de los sitios mencionados por Diguet. Hacia los años cincuenta, la revista Impacto organizó una exploración en la zona de las pinturas monumentales y el reportero Fernando Jordán, quien con los datos obtenidos escribió su libro “El otro México”, regresó con un grupo del Instituto Nacional de Antropología e Historia a Baja California, acompañado de su esposa, la antropóloga Barbro Dahlgren, quien elaboró dos artículos en torno al arte y la prehistoria californianos.

Años después, el arqueólogo Clement Meighan de la Universidad de California realizó los estudios necesarios para ampliar el conocimiento de las pinturas, ofrecer las hipótesis en cuanto a su antigüedad y la identidad de sus autores.

Uriarte señala que los grupos humanos que habitaban la zona era los siguientes: los pericúes, los guaricas, los cochimíes, los cucapás, los paipáis y los kiliwas. De los pericúes, guaicuras y cochimíes, no hay sobrevivientes, ya que los españoles trajeron con su llegada enfermedades y cambios tan radicales de vida y alimentación que los indígenas desaparecieron.

María Teresa agrega que Ken Hedges hizo un interesante reporte en el que se indica sobre algunos grupos supervivientes de la zona que aún siguen pintando hoy día, cuando realizan de ciertos ritos de pubertad y fertilidad. Se sabe que son los curanderos actuales los encargados de la ejecución de las obras.

En cuanto a la zona centro, entre los paralelos 27 a 29 se encuentran los ejemplares de pintura monumental, enmarcadas dentro de un área más extensa que Grant llama Representativa Cochimí y en ella se encuentran extraordinarias representaciones de figuras humanas, así como de venados, serpientes, pumas, algunos símbolos cósmicos, muchos petroglifos con caracteres geométricos, de animales y figuras antropomórficas. En la zona sur de Baja California han sido reportados varios lugares con petroglifos geométricos y pinturas diversas.

Harry Crosby plantea varias posibilidades muy interesantes para fechar las pinturas y estimó que el período de producción de las pinturas se puede situar entre los años 1500 a.C. y 500 d.C. Los sitios en los que aparecen las pinturas son casi inaccesibles, generalmente en las partes más altas de las sierras, concluye Uriarte.

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