Los túneles de La casa de los ladrillos (y II)

Carlos Evia Cervantes: Los túneles de La casa de los ladrillos (y II)

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En pleno centro de la ciudad de Mérida y bajo la llamada Casa de los ladrillos o Casa Cárdenas se encontraron unos túneles que requirieron la intervención de los arqueólogos Rafael Burgos Villanueva, Luis Millet Cámara, Sara Dzul Góngora y José Estrada Faisal, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, mismos que publicaron un libro al respecto: “La casa de los ladrillos”.

Durante la investigación se detectó un pozo de forma cuadrada y 60 centímetros por lado y 8 metros de profundidad. Para la construcción del pozo fueron colocadas piedras labradas coloniales como parte del brocal. Es probable que este pozo colonial haya servido para el abastecimiento de agua destinado al consumo doméstico y para los animales de tiro como caballos, burros y otros.

Este subterráneo colonial fue adaptado como parte del sistema de drenaje, probablemente cuando en el traspatio se construyó un estacionamiento público a principios de la década de 1980, ya que se instalaron baños modernos y el desagüe cuyas aguas se vertían directamente al interior del subterráneo. Los baños funcionaron hasta finales de la década de 1990, cuando se clausuró el estacionamiento.

En ciertas partes del piso se recuperó material cerámico perteneciente al período colonial, mientras que en otras partes se recuperaron piezas de cerámica del siglo XIX y principios del XX. Con toda esta información obtenida se puede asegurar que este subterráneo se ubica solamente bajo el área que ocupa el traspatio del predio y no tiene comunicación con otras propiedades vecinas.

Los datos arqueológicos e históricos obtenidos permitieron a los autores afirmar que, hasta hoy día, no hay evidencias de un sistema de conductos subterráneos que comuniquen a ciertos edificios de Mérida. A pesar de que la información histórica es escasa y que una carta del Capitán General de Yucatán enviada al Virrey de España en 1690 mencionaba la existencia de subterráneos, en tal documento nunca se afirmó de la construcción de pasadizos comunicados entre sí.
Para comprender mejor la función de los subterráneos durante la época colonial y el siglo XIX, los autores plantean dos hipótesis. La primera enuncia que, en el siglo XVIII, estas estructuras del subsuelo tuvieron la función de instalaciones sanitarias con su correspondiente desagüe, así como pozos para basura y letrinas.

La segunda hipótesis, apoyada en la tradición oral de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, señala que estas construcciones subterráneas tuvieron usos tales como: refugio en caso de algún ataque, así como bodegas de víveres o aún como depósito de mercancías de contrabando.

La investigación arqueológica realizada en el subterráneo de la Casa de los ladrillos es una de las primeras que se ocupa en el estudio formal de los subterráneos meridanos y que refuta la idea de la existencia de los túneles interconectados en Mérida.

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