Veleros llamados libertad
Carlos Luna: Veleros llamados libertad.
Entre la preocupación que ya afecta a mucha gente por la presión económica de una inflación sin precedente, que parece no respetar niveles ni distancias, el hambre ya no suena tan distante, como efecto de una cuestionada distribución que paradójicamente desperdicia alimentos, más las armas subyugando el pan y la sal. Ello no solo se siente en torno a Ucrania, sino por amplias zonas del mundo, incluyendo la Península de Yucatán, donde asentamientos irregulares son algunos de los campos de batalla para el derecho humano más sagrado de la vida: la nutrición.
Pero hay en las comunidades la suficiente capacidad para encontrar soluciones a las necesidades en lo grande y en lo pequeño, empezando desde un plato de sopa en el comedor la Virgen del árbol en San Luis Sur Dzununcán, en la periferia de Mérida, donde con becas comen cientos de niños, hasta los gigantescos silos en Ucrania, asediados por Rusia y aún así hallando cómo convertirse en mástiles que elevan y ondean monumentales banderas blancas.
Un barco atracó en un puerto ucraniano del Mar Negro el viernes con el fin de cargar trigo para personas hambrientas de Etiopía, en la que será la primera entrega de alimentos a África bajo un plan de la ONU encaminado a desbloquear el grano retenido en medio de la guerra de Ucrania y brindar alivio a algunos de los millones que padecen hambre en todo el mundo.
Durante meses, los combates en Ucrania y el bloqueo ruso de los puertos de ese país provocaron que el alimento producido en la invadida nación, uno de los principales graneros del mundo, se acumulara en silos. Eso hizo que los precios mundiales de los alimentos se dispararan y provocó hambre en África, Medio Oriente y partes de Asia. En los últimos días, varios barcos que transportaban granos partieron de puertos ucranianos bajo el nuevo acuerdo, pero la mayoría de esos envíos eran alimentos para animales y se dirigían a Turquía o Europa Occidental en cumplimiento de contratos anteriores.
El portavoz de las Naciones Unidas, Stephane Dujarric, dijo que el barco Brave Commander llevará su trigo a Yibuti, nación del Cuerno de África, donde será descargado y enviado a Etiopía. Se prevé que el barco lleve más de 23 mil toneladas, de acuerdo con el Ministerio de Infraestructura de Ucrania, lo cual solo es una pequeña porción de las 20 millones de toneladas de granos que languidecen ahora en ese país.
Etiopía, junto con sus vecinos Somalia y Kenia, enfrenta la peor sequía en cuatro décadas en el Cuerno de África. Miles de personas en toda la región han muerto de hambre o por enfermedad este año. Los pronósticos para las próximas semanas indican que, por primera vez, no habrá una quinta temporada de lluvias consecutiva. Millones de cabezas de ganado, la base de la riqueza y la seguridad alimentaria de muchas familias, han muerto.
No es necesario mirar tan lejos cómo va la expansión de los retos que sacuden al mundo, es probable que hoy un familiar, vecino o paisano necesite de un plato de sopa. Un velero seguro para no voltear la mirada hacia otro lado, por ejemplo, es sumarse a la causa de la Virgen del árbol, aportando una beca mensual al comedor de San Luis Sur Dzununcán, con el mismo amor con que el Brave Commander lleva trigo a Etiopía.