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A partir de esta semana, el Caribe mexicano estrenó riendas, cuya bienvenida puede ser multicolor. Para el 67.1 por ciento de los habitantes de Quintana Roo su principal preocupación es la inseguridad.

A la ya gobernadora, Mara Lezama, le toca mejorar la coordinación con el Gobierno Federal para enfrentar el empoderamiento de la delincuencia organizada y atender otros problemas que ésta ha provocado. La última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), elaborada por el Inegi, señala, no solo que el 67.1 por ciento se siente inseguro, sino que calcula que uno de cada tres quintanarroenses ha sido víctima de algún delito. Con 1.8 millones de habitantes, en el 2021, este Estado registró 431 mil 155 delitos, lo que generó pérdidas para los lugareños por 6 mil 775 millones de pesos.

El año pasado, los homicidios dolosos sumaron casi 600, y en el 2022, de enero a agosto, 394, pese a un persistente esfuerzo del gobernador saliente Carlos Joaquín, que heredó de su antecesor priista Roberto Borge un complicado panorama que pudo mantener a raya. Hasta hace unas semanas, en Quintana Roo se habían desplegado mil 707 elementos del Ejército, mil 889 de la Marina y mil 780 de la Guardia Nacional que, junto a las fuerzas estatales y municipales, sumaban 8 mil 811 uniformados, quienes no han podido frenar la delincuencia. Para finales de año se prevé que sean 12 instalaciones de la Guardia Nacional ahí, según el diario Reforma.

Aunque Estados Unidos quitó la advertencia a sus ciudadanos de no viajar a este Estado, mantiene la alerta sobre “riesgo de delitos y secuestro”. Afortunadamente, en su plan gubernamental, Lezama prometió aumentar el número de policías, capacitarlos y equiparlos, mejorar sus condiciones salariales y dar mayor apoyo para sus familias. Así como contar con una Policía de proximidad, un programa de prevención de adicciones, construir casas para víctimas, disminuir tiempos de respuesta del 911, incrementar las capacidades de los Centros de Control y fortalecer las mesas de seguridad.

En los cinco años que durará su gestión, la nueva Gobernadora tendrá que resolver una decena de problemas. Desde la informalidad, el incremento de la pobreza, la falta de opciones educativas y de vivienda hasta reforzar la cooperación con la Federación por el sargazo en playas.

Aunque Quintana Roo es uno de los principales destinos turísticos, los millones de dólares que ganan las empresas del sector no impactan como se espera en el bienestar de sus habitantes. De acuerdo con el Gobierno Federal, el 46 por ciento de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, por lo que obtiene pocos ingresos y no cuenta con seguridad social. E incluso, en el último reporte del Coneval, se advierte que la pobreza en la entidad creció del 30 al 47.5 por ciento, la pobreza extrema del 3.8 al 10 por ciento y la población vulnerable por ingreso del 5.9 al 9.5 por ciento.

El Inegi también reporta que otra de las preocupaciones de los quintanarroenses es el desempleo, pues aunque la autoridad afirma que éste llega al 3 por ciento, un 30 por ciento se ubica en la categoría “crítica laboral”. Mucho de esto vino de la pandemia. Pero Mara Lezama ha demostrado saber de alianzas, principalmente con los ciudadanos y esa puede ser su principal “Bienvenida a Quintana Roo”

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