Un Nobel para la humanidad
Carlos Luna: Un Nobel para la humanidad.
Se notó en los Nobel 2022 el reconocimiento a un mundo mucho más humanitario, innovador y con un pensamiento unificado en favor de un salto cuántico –como pasar de un primer escalón al 12 sin pisar del primero al onceavo- de individuos y comunidades dispuestos a cambios profundos. Por ejemplo, en Física se aplaudió el descubrimiento de la forma en que las partículas llamadas fotones pueden relacionarse, o “enredarse” entre sí, incluso aunque estén separadas por grandes distancias.
“La ciencia de la información cuántica es un campo dinámico y que avanza con rapidez”, explicó Eva Olsson, miembro del comité del Nobel. “Tiene amplias y potenciales aplicaciones en campos como la transferencia segura de información, la computación cuántica y la tecnología sensorial”.
“Su origen puede rastrearse al de la mecánica cuántica”, dijo. “Sus predicciones han abierto puertas a otro mundo, y también han remecido los mismos cimientos de cómo interpretamos las cosas”. Aunque los físicos suelen abordar problemas que a primera vista parecen alejados de las preocupaciones cotidianas, como partículas diminutas y los grandes misterios del tiempo y el espacio, su investigación proporciona la base para muchas aplicaciones prácticas de la ciencia y la medicina. El premio del año pasado ayudó a explicar y predecir fuerzas complejas de la naturaleza y, por tanto, a ampliar nuestra comprensión del cambio climático.
En Literatura se reconoció la valentía y la agudeza crítica con la que al descubrir nuestras raíces, encontramos enajenaciones y limitaciones colectivas que influyen sobre la memoria personal. Y necesariamente invitan a cambios. Despegarse del dominio global tradicional y encontrar una nueva intención desde la individualidad, pero unida con otros seres despertando y creando una potencia sin límite, por ejemplo, expresada a través de la oración y la meditación. En este caso, en las letras.
El de la paz, para activistas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, ciertamente en físico no va a influenciar en la situación de la guerra, pero seguramente lo hará en los ánimos e intenciones de otros países para ayudar a las personas encarceladas injustamente por su activismo. Ganarlo a menudo da impulso a un movimiento de base o a una organización internacional que trabajan a favor de la paz y los derechos humanos. Abre puertas y enfoca la atención en sus causas. Pero no siempre es así. No reduce el hostigamiento de que son blanco en sus países.
El de medicina fue para la evolución humana, destacando que “siempre deberíamos estar orgullosos de haber secuenciado nuestro genoma. Pero la idea de que podamos retroceder en el tiempo y secuenciar el genoma de algo que ya no vive y de algo que es pariente directo de los humanos es realmente notable”, se refirió respecto a la identificación de especies antiguas “parientes” del hombre de hoy.
Los nobeles 2022 son una palmada en la espalda para quienes están dispuestos a cambiar de mentalidad y confiar en que el mundo se puede transformar, que la pandemia, los huracanes, temblores y la guerra son expresiones de un planeta que ya no puede ser el mismo, que en la fuerza del pensamiento individual, extendido al colectivo, se entienden las señales de una nueva energía que obliga a una nueva época, iluminada por muchos ejemplos, como los ganadores de la presea, para una nueva humanidad.