Inclusión educativa, utopía posible
Cristóbal León Campos: Inclusión educativa, utopía posible.
En uno de los barrios emblemáticos de Mérida, donde se respira ese aire de añoranza por tiempos pasados entremezclado con la vida moderna, subyace una utopía que se materializa con el esfuerzo cotidiano por hacer de la escuela un lugar para todos y todas, olvidando las distinciones y respetando los derechos humanos esenciales; específicamente el de la educación.
En una de las esquinas centrales de San Sebastián, justo frente a la iglesia, se ubica desde 1907 la Escuela Primaria “María Antonia Ancona”, institución que hoy (1 de julio) despide otro curso escolar con un sentimiento de orgullo y nostalgia. Las palabras de la directora Profra. Maricela Carminia Cohuo May, pronunciadas en el último homenaje del ciclo 2021- 2022, efectuado el pasado martes 28, evidenciaban esa conmoción interior que los docentes sienten cada fin de curso, cuando despiden a sus alumnos y alumnas, sabiendo que ahora les toca encontrar su propio camino, confiando en que las semillas sembradas en ellas y ellos florecerán con el paso de los años.
La voz entrecortada, el aliento para que sigan persiguiendo sus sueños, los consejos propios de una maestra que ve a sus alumnos y alumnas como una parte muy suya, fueron rasgos del mensaje que la directora dio, pero, con un ingrediente especial que distingue a este centro educativo, ya que a su lado y vestida con la propiedad debida, la Profra. Jaqueline Góngora Chan realizaba la interpretación del discurso en la Lengua de Señas Mexicana, como ha sucedido desde al menos el 2018, año en que la escuela comenzó una transformación rumbo a la inclusión educativa, entendida ya no sólo como el cumplimiento de los lineamientos programáticos, sino esencialmente como una filosofía educativa que ha cambiado la vida de toda la comunidad escolar.
En las semanas anteriores hemos sido testigos en diferentes momentos de esa labor transformadora, marcada por el compromiso y la consciencia, algo que ha hecho a todo el personal docente dedicar tiempo extra al estudio de la Lengua de Señas Mexicana y a la implementación de modificaciones pedagógicas, socioemocionales y comunitarias, para integrar, pero, sobre todo, para hacer realidad la inclusión en todos los sentidos de estudiantes con necesidades especificas, especialmente de dos alumnos de sexto grado, Fernanda y Bernardo, hermanos con discapacidad auditiva, quienes encontraron el lugar que tanto buscaron para sentirse dignificados.
Tras un trabajo colaborativo, que significó un cambio en la manera de entender la enseñanzaaprendizaje, hoy el plantel docente de este centro escolar se enorgullece al mirar el camino andado, de viva voz escuchamos los testimonios de las profesoras y profesoras, quienes con una inocultable carga emocional, nos narran sus primeras experiencias en torno a la discapacidad auditiva (y otras necesidades especificas), nos describen –sin ocultar lo complejo que ha resultado- los pasos que han dado como colectivo para ir comprendiendo más y más, las formas concretas de la inclusión y las estrategias necesarias a implementar dentro y fuera del aula, el reto ha sido grande, pero la satisfacción de saber que han cumplido, se evidencia en sus rostros, el cariño y el esfuerzo puestos, siempre dan frutos perdurables.
Hoy en la Escuela “María Antonia Ancona” termina un ciclo de aprendizaje, pero inicia un camino mayor, ese que reflejará su ejemplo, al multiplicarse con el reverdecer de la inclusión educativa en Yucatán.