Fin de la pandemia, algunas notas (III)
Cristóbal León Campos: Fin de la pandemia, algunas notas (III).
Unos días después de que la OMS indicara el fin del Covid-19 como emergencia internacional, en México el Gobierno Federal anunció la firma de un decreto que ponía fin al establecido el 23 de marzo en 2020, cuando se indicó para todo el territorio nacional la emergencia sanitaria. Hoy, a tres años y un poco más podemos seguir reflexionando:
7. En México uno de los primeros efectos colaterales de la pandemia fue el desarrollo de una infodemia, que, en muchos sentidos, contribuyó a que durante los primeros meses de emergencia la sociedad no terminara de comprender la dimensión de lo que se avecinaba, ya que la enorme carga de información –verdadera y falsa- que se publicó, terminó teniendo el efecto de la negación de cualquier noticia, confundiendo y despertando el miedo y la sinrazón, fue en ese contexto donde vimos acciones de violencia y desprecio contra trabajadores de la salud –enfermeras, médicos, etc.- a raíz del temor que despertaba su presencia en espacios públicos debido a que se les creía agentes indiscutibles de transmisión del virus, algo que con el tiempo se fue revirtiendo y el reconocimiento público a la invaluable labor que desarrolló el personal de los hospitales y clínicas y demás espacios de salud llegó a buen término. Pero ojo, fue también en este contexto, donde vimos las peores formas antiéticas desarrolladas por miembros opositores del Gobierno actual, que buscando desprestigiar rebasó toda línea moral y se instauró en la mentira que incrementó el daño social, pues una cosa es la crítica necesaria al poder y otra el descaro manipulador por intereses particulares.
8. La Covid-19, con toda su laceración a la vida, también dejó entrever que subsisten formas de solidaridad comunitaria y humana, aun a pesar del individualismo exacerbado por el capitalismo, siendo que diversas muestras de ayuda y comunitarismo se dejaron ver en contextos proletarios y populares, donde las redes de apoyo y solidaridad se tejieron nuevamente para dar lugar a la hermandad verdadera. Esto, desde luego, fue poco visibilizado por los medios de comunicación “hegemónicos”, que se dedicaron a dar lugar a la infodemia y al oportunismo político buscando intereses de grupos de poder. Pero como se sabe, las dos geografías del México real (el arriba de los poderosos y el abajo de los desposeídos) se confrontan a diario, sobre todo en momentos decisivos como ha sido la pandemia vivida.
9. La firma del decreto que declara el fin de la pandemia en países como México deja más dudas que certezas, ya que las cifras aún generan dudas y la información se advierte manipulada de un lado y del otro, aunque sí sabemos que miles de ciudadanos fallecieron en una tormenta contra la humanidad que apresó a quienes desposeídos de sus derechos vieron el rostro de la muerte sin tiempo para la clemencia, y aunque la Covid-19 no distingue en sentido estricto entre clases sociales por sus efectos a la salud, también es necesario de reconocerse que de las cifras conocidas el mayor porcentaje de fallecimientos se ubica entre la clase trabajadora y los sectores populares, mismos que fueron desde antes despojados del derecho a la salud y que los servicios de salud pública están desde décadas atrás en una crisis autoinfligida por el poder. El derecho a la vida ya se había puesto en duda y la pandemia vino a visibilizar esa realidad negada. (Continuará).