Aullido de los huesos
Cristóbal León Campos: Aullido de los huesos.
Una vez me preguntaste por los días perdidos
los de sabor amargo y metálico en los
[labios
tormentas del desvelo cargados de furia y
del estruendo perdido en la selva anegada
evocamos el grito de nuestros pueblos
[mancillados por el opresor
en la geografía ancestral de cuyo aroma maternal
[nacemos.
Deseabas saber el origen infortunado del aullido
[de los huesos
semillas rotas sobre la tierra que esgrimen la
[memoria
aquellas miradas de mujer-guerrera que
[ofrendaron lo más sagrado
las llevo guardadas en lo oscuro del corazón
naciones devastadas por la infancia robada cual
[si fueran
aves enjauladas en la infamia militar
no pude ver la ceniza después de los disparos
y aún hoy me lamento.
Querías escuchar el relato inacabado de los
[sueños
la epopeya de mi generación
pero en cambio solo pude darte las señales de un
[camino interrumpido
y es que con los años la muerte se volvió amiga
sus brazos consolaron el rencor adormecido de
[mis viejos camaradas.
Tu voz trae consigo el murmullo de los tiempos
viejas señales de una guerra inacabada
las razones del ayer son las mismas del otro lado
[de los muros
y mis manos rotas blasfeman en el papel de la
[conciencia
adormecida la mirada solamente espero un
[nuevo crepúsculo.