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Al menos una decena de aspirantes a la candidatura presidencial quedan de uno y otro bando: cinco del partido en el poder, cuatro del Frente Amplio (PAN-PRI-PRD) y uno del Verde Ecologista, más los que surjan de otros partidos; los llamados “independientes”, esos disruptores desconocidos que, sin mérito alguno, pretenden obtener un cargo… y a veces lo logran (recordemos al famoso “Juanito” de Iztapalapa), grupos o hasta militares que sólo hacen “ruido” con su protagonismo o van en busca de recursos.

Demasiados aspirantes para el mayor cargo del país, que reviste una enorme responsabilidad y exige una gran capacidad para dirigir una nación como la nuestra, que hoy más que nunca enfrenta muchos retos y carencias y que, sin embargo, sigue avanzando. Esos requisitos que requiere la primera magistratura, difícilmente se advierten en la mayoría de los que se apuntan para obtener la candidatura y disputar la Presidencia el próximo año.

Además, el ambiente en que se enmarca el proceso electoral federal –que inició desde hace varios meses, aunque no oficialmente– es, por decir lo menos, el más inseguro de muchos años. Ni siquiera se percibía así de enrarecido hace casi tres décadas cuando Luis Donaldo Colosio (candidato del PRI) fue ultimado por un tirador solitario el 23 de marzo de 1994 en Tijuana; un hecho que cimbró al país y del que, afortunadamente, se ha podido recuperar, no sin dejar una estela de heridas en la clase política que aún hoy no han cerrado y que se utiliza para “llevar agua a su molino”.

Ahora, Ecuador vive un magnicidio inédito en su historia. El asesinato a tiros de Fernando Villavicencio (el pasado martes al salir de un evento) es el primero a un candidato a presidente de la República durante la campaña electoral, desde el retorno a la democracia de ese país, hecho que tiene precedentes históricos en la región. El sitio www.primicias.ec lo señala así: “En Colombia, el asesinato del candidato liberal, Luis Carlos Galán, el 18 de agosto de 1989, fue un evento que marcó un antes y un después en la política de este país. Era un recio luchador contra el narcotráfico, había denunciado al líder del Cartel de Medellín, el capo Pablo Escobar, y era favorito para ganar las elecciones (https://n9.cl/k97z6)”. También, desde luego, cita el caso Colosio.

De ahí la necesidad de atemperar el discurso (de todos los actores y grupos políticos) para evitar polarizar más a la ciudadanía, particularmente por parte de quien hoy dirige los destinos de la nación, pues esas expresiones y descalificaciones han provocado encono, división, agresiones verbales y físicas y hasta crímenes. Asimismo, dependencias como el Ejército y la Marina deben permanecer, como ha sido siempre, al margen del proceso; seguir siendo instituciones leales al pueblo de México, representado por el Ejecutivo en turno. Quien quiera hacer política, que se quite el uniforme, como marcan la Constitución y las leyes, esas que hoy pocos respetan, pero que debemos defender porque nos dan un marco para la convivencia justa y pacífica.

Anexo “1”

¿Por quién votan los militares?

Ante un panorama electoral tan complejo, el sector militar puede ser determinante, sobre todo en la presidencial, pues atrás quedó el voto “corporativo” en las fuerzas armadas, cambio que se inició en 2003 cuando un grupo de generales y almirantes creó la Alianza Nacional Revolucionaria, que al año siguiente obtuvo registro como agrupación política, recibió dinero del IFE (ahora INE) y terminó por disolverse en 2012 por inactividad.

A diferencia de hace casi tres décadas, cuando se acercaba el fin de la hegemonía unipartidista, ahora se percibe más interés en el tema electoral entre militares en activo y en retiro, expresando opiniones en las páginas que han abierto en redes sociales y participando activamente en organizaciones políticas. Los primeros porque un cambio afecta o beneficia el futuro de sus carreras, y los segundos porque reclaman “derechosincumplidos”, desde económicos hasta sociales, o bien aprovechan la coyuntura para alcanzar algún cargo.

(Nota: Este anexo es de mis Acaecimientos del 23 de abril de 2018, y parece que sigue vigente)

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