Inventario para el 2024
Daniel Uicab Alonzo: Inventario para el 2024.
El inventario valorado que cada fin de año se elabora en unidades y dependencias de la Armada tiene por objetivo conocer la situación en que se encuentran los bienes muebles de activo fijo, para determinar las necesidades, programar adquisiciones y renovar lo necesario para seguir operando en “primera situación”, en particular los buques.
Así debería ser en el aspecto personal. Al agonizar el año, hacer un balance de lo que hicimos y dejamos de hacer, y los motivos por los que no alcanzamos nuestras metas. Pero también hacer un “inventario valorado” de nuestros activos: físico –con prioridad en salud– y de nuestros principios y valores.
Es momento de dejar atrás las cargas del pasado y abrir nuestras alas hacia lo desconocido. Echar por la borda el lastre del pesimismo al fondo del océano, ponerse a “son de mar”, dejar atrás el 2023 que puso a prueba nuestra resistencia y determinación; olvidar que navegamos por aguas turbulentas enfrentando tormentas inesperadas; es hora de soltar amarras y zarpar navegando con el viento a favor. Porque un nuevo año siempre es una nueva oportunidad para tratar de ser mejores.
El reloj marca el inicio de un ciclo renovado, lleno de esperanzas, sueños y metas por cumplir. El año nuevo nos invita a reflexionar, a reinventarnos, a trazar nuevos y mejores rumbos. Como un barco que se alista para zarpar, el nuevo calendario nos brinda la oportunidad de izar velas y navegar con renovados bríos para enfrentar el futuro con optimismo, mirando el amplio horizonte que a diario nos ilumina el Sol.
Aunque al despuntar el próximo año algunas voces advierten turbulencia y mar “picado” en lo político, económico y en otros ámbitos en nuestro país, debemos tener fe en el futuro y no olvidar que tenemos un ancla de la esperanza que nos mantendrá firmes y seguros mientras amaina el temporal para salir del fondeadero y volver a navegar con buenos vientos. Porque siempre, después de la tormenta viene la calma.
Hacemos votos porque el 2024 sea un mejor año para todos; que este gran navío llamado México tome el rumbo correcto y nos conduzca a buen puerto; que los nubarrones del 2023 encuentren su ocaso en el horizonte y sean sólo una estela efímera en nuestra travesía por el mar de la vida; que registremos buenas nuevas en nuestros libros de navegación y que nuestros sueños sean como velas al viento impulsándonos hacia la felicidad y el éxito.
A quienes cumplen misiones en el cielo, mar y tierra, de manera especial al personal de salud y a los guardianes de nuestra seguridad –policías, soldados y marinos–, les deseamos que retornen sanos y salvos a casa. Y a quienes se anclaron en el puerto seguro de sus hogares, estar siempre alertas al toque de “babor y estribor de guardia” para velar por el bienestar de nuestras familias. Que las estrellas guíen nuestro camino y que siempre encontremos el puerto seguro al final de nuestras travesías.
Anexo “1”
Legajos de fin de año
Los trámites administrativos mantienen en constante actividad al personal de Administración e Intendencia Naval de la Marina, pero particularmente los fines de año se incrementa con el cierre de las partidas presupuestales y los informes de diversa índole, como el Legajo del Inventario Físico Valorado, que por los años 70 se elaboraban a máquina y llevaban varias hojas con sus respectivas copias, que se enviaban a la sede de la Semar. Esta tarea se iniciaba desde antes de diciembre, porque había que verificar la presencia de los efectos, traspasos, altas, bajas, resguardos, etc.
Incluía todos y cada uno de los artículos a cargo de los oficiales de cargo, desde el casco del buque (recuerdo que por aquellos años el de un Guardacostas estaba tasado en dos mil pesos), las antiguas y elegantes máquinas de escribir Underwood que aún se utilizaban a bordo, las máquinas principales, los motogeneradores, embarcaciones menores, anclas, armamento, instrumentos de navegación como la Giroscópica, las “llaves” para transmitir comunicación en clave Morse y hasta la munición de menor calibre.
Era una labor titánica que agotaba al personal de oficinistas. Pero se constataba su estado físico, si tuvieron el mantenimiento adecuado y si se requería renovar algún bien mueble. Hoy, con el internet, se ha facilitado esta labor, pero sigue poniendo en jaque a algunos oficiales que no llevan un buen control de sus cargos. Algo así sucede con nuestras vidas.
¡Buena mar para todos!
¡Buen inicio de año!