Una Casa del Marino convertida en museo

Daniel Uicab Alonzo: Una Casa del Marino convertida en museo.

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Muchas veces pasé por ese antiguo edificio ubicado en el Paseo Clausen, en el malecón de Mazatlán, a mediados de los años 70, cuando estaba adscrito al Guardacostas “Ponciano Arriaga”. En ese puerto donde “el Pacífico es algo sin igual” (cantaba José Alfredo Jiménez) estaba esa casa destinada a hospedar a marinos mercantes que desembarcaban por ser su itinerario, en caso de emergencia o necesidades económicas.

Hace unas semanas nos enteramos que, con más de 70 años de antigüedad (fue inaugurada en 1944 por el presidente Manuel Ávila Camacho), fue rehabilitada y convertida en museo. Y bien merecido lo tienen los marinos mercantes, pues han sido pilares en el desarrollo marítimo y el progreso del país. El pasado 14 de octubre abrió sus puertas. En la inauguración, el presidente del Patronato Pro Rescate de la Casa del Marino, Capitán de Altura Felipe de Jesús Hernández Asencio, dijo que era una fecha muy significativa, “por todo el esfuerzo que se hizo, luego de una lucha de años por el rescate de este inmueble histórico”.

En su reconstrucción se invirtieron 93 millones de pesos del Programa de Mejoramiento Urbano del Gobierno Federal, proyecto que incluyó el “Fuerte 31 de Marzo”, construido en 1893 por órdenes de Porfirio Díaz y diseñado por Andrés Librado Tapia, para la defensa de México por parte de los mazatlecos ante “La Cordeliere”, una corbeta de 22 cañones. Las batallas tuvieron lugar en la Bahía de Puerto Viejo de Mazatlán durante la Segunda Intervención Francesa.

Las instalaciones del ahora museo y centro cultural abarcan 4.200 m2, incluidos skatepark y plaza pública frente a la playa. Tiene cuatro salas: Sumérgete, Naveguemos (2) y Cuéntame una historia. En ellas se presentan, en infografías y juegos didácticos, temas marítimos e históricos de Mazatlán (incluida la defensa de 1864), la historia de la Casa del Marino, la Marina Mercante, la educación náutica y naval (época de la Escuela Naval del Pacífico). ).

Se exhiben uniformes, partes de un barco, aparatos para la navegación, así como testimonios de las parejas de navegantes. En pantallas interactivas se explica sobre métodos de pesca, la historia de la navegación desde la época prehispánica hasta la actual. El capitán Hernández Asencio dijo que de ahora en adelante se deben enaltecer los programas y presentaciones para la enseñanza de la cultura marítima, tanto a niños, jóvenes, locales y visitantes. El museo está abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas, y el acceso es gratuito.

De este hecho me comentó el teniente de corbeta contramaestre en retiro Diego Víctor Lanz Cano, quien ha donado más de 25 objetos para las salas de exhibición, entre cabullería, pastecas, aparejos, motones, grampines, sondalezas, etc., y gestiona que otros compañeros retirados, navales y mercantes, donen más artículos para enriquecer el acervo.

Luego de su retiro voluntario de la Armada, en 1984, Diego Víctor acumuló 27 años como profesor en la Escuela Náutica de Mazatlán, en tres períodos, siendo Comandante del Cuerpo de Alumnos tres años, un cargo que otros egresados ​​de la H. Escuela Naval (particularmente del cuerpo de Infantería de Marina) han desempeñado. También de ese plantel se jubiló con honores. Pero Diego ha retribuido algo más a la Marina Mercante: tres nietos egresados ​​de escuelas náuticas, todos ingenieros mecánicos navales, además de un hijo a la Sedena, hoy teniente coronel. Sin duda, una vida ejemplar dedicada al mar.

Anexo “1”

Mercantes y navales

Por cierto, mañana que se celebra el Día de la Armada, como ya mencionamos, en Mazatlán está ubicada una Escuela Náutica Mercante fundada en 1921 (aunque data de 1880). Cabe recordar que el 30 de mayo de 1941 pasó a manos de la Armada de México por órdenes del presidente Manuel Ávila Camacho, con el objetivo de incrementar la formación del personal naval, motivado por el estado de guerra en que el país había entrado en contra. de las potencias del EJE. Varios almirantes de finales del siglo pasado fueron egresados ​​de esta escuela.

Pasado el conflicto bélico, el 1 de enero de 1948 se convirtió en Escuela de Maestranza de Marinería, cambiando más tarde a Escuela de Clases y Marinería. El 1 de febrero de 1958 reabrió como Escuela Náutica Mercante con el nombre que lleva hasta ahora “Capitán de Altura Antonio Gómez Maqueo”.

En este tenor, también es de destacar que el 24 de febrero de 1822 se instaló la primera Escuela Náutica Mercante en México, en Campeche, puerto que tiene importancia histórica en el contexto de la educación náutica y marítima en el país, porque ahí tuvo origen, por primera vez, el espíritu para la formación de hombres de mar. Luego fueron estableciéndose la Escuela Náutica de Mazatlán en 1880, la Escuela Naval Militar en 1897 en Veracruz, la Escuela Náutica de Veracruz en 1919, y finalmente la Escuela Náutica de Tampico en 1945.

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