Buenos deseos
Dzereco: Buenos deseos.
Quisiera felicitar a quienes viven de dar voz con su pluma, de expresar sus ideas a través de una nota informativa, una columna, una crónica o un reportaje, ayer fue el día del periodista y hoy en día aún no se aclara el atentado en contra del periodista Ciro Gómez Leyva, hecho sumamente lamentable y que sólo demuestra que se quiere retroceder en la libertad de expresión, poco faltó para que tuviéramos otro Manuel Buendía y una red privada de su libertad.
Hoy, en este 2023, podemos preguntarnos ¿ya se acabó la ley mordaza? Creo que aún es un cuestionamiento sin respuesta favorable. Magnífico sería un país con una libertad plena para expresar ideas, pero con la pluma de la verdad y no de la calumnia, ya que algunos colegas han usado la tinta de la intriga, el desprestigio, la difamación por dar lugar a la grilla. Ahora las redes sociales y la transculturización que vivimos por la apertura de medios son avasalladoras, debido a que parece que muchos escriben con el hígado y no con el contexto sustentado.
Muchos confunden libertad con libertinaje y haciendo un abuso de su derecho profanan el ajeno, pero esperemos que la tinta del buen periodismo siga corriendo, pues ese gran oficio, del que este terruño ha sido tierra fértil, incluso en tiempos difíciles de la represión por él muchos arriesgaron sus vidas, su patrimonio e incluso a su familia, se mantenga vigente, desde esta trinchera mi cariño para tantos y tan buenos periodistas de nuestro Estado, en especial, un abrazo hasta el cielo para don Martiniano Alcocer, hombre que amó, cuidó y preservó con lealtad la profesión y nunca pasó por su mente el egoísmo de no compartir el amor y la enseñanza de tan noble labor, muchas felicidades y que la tinta de la pluma sea perenne.
Hablando de felicitaciones, quiero hacerlo para la “Muy Noble y Leal” ciudad de Mérida, que cumple 481 años, en medio del esplendor de su belleza arquitectónica, de su encanto al sonar los acordes de una serenata en Santa Lucía, de sus exquisitos sabores que acompañan los motivos de una alegría en el hogar o en sus calles, por sus costumbres y tradiciones que asombran por lo místico y milenarias que pueden ser, por sus artistas que engalanan con su arte el aire que corre por sus esquinas. Festejemos a Mérida y qué mejor regalo que cuidarla, mantenerla limpia y fortalecer cada día más los eslabones de su cultura, para que siga maravillando a propios y extraños, la Mérida de Yucatán.
Se fue el 2022 y con él todos los momentos que vivimos, deseo que los instantes amargos, en este 2023 se conviertan en un caudal de abundancia, de salud y de bendiciones y, sobre todo, de bienestar. Que este año sea de consolidación y no de promoción, que la clase política se dedique a cumplir sus promesas y no se quede en aquella frase de: “en campaña se vale de todo”. Que las dirigencias de los partidos aprieten y le exijan a sus funcionarios, claro, el tricolor primero tendría que exigirse la dirigencia, pues simplemente no creen ni en ellos mismos y tal parece que su objetivo es la extinción.
Que este sea un año de más política y menos grilla, que sea un 2023 de estadistas, porque dijo Winston Churchill: “el político piensa en las próximas elecciones y el estadista en las próximas generaciones”, masino que sí.