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En la reunión quincenal de los lunes, en el Café el YUCATRACHO, de Jaime Méndez, colega de El Poder de la Pluma, salió a la plática la expresión, “lo busco y no lo busco”.

Estando presente el maestro José G. Castro Acosta, quien tiene un dominio total sobre la lengua maya, tuvimos la oportunidad de escuchar una explicación: el yucateco habla con expresiones, muchas de ellas de origen maya y basado en eso buscar es sinónimo de encontrar, ya que en maya no existe el verbo “encontrar”.

Lo anterior me lleva a reflexionar respecto al notable adelanto de estos antepasados, no sólo en la astronomía y las matemáticas, sino también en la psicología y sus conocimientos del YO interior.

Ellos quizá sabían que lo que busas con profundo interés, ya lo tienes y hasta das las gracias por tenerlo. Este último estado mental, eje de los más profundos tratados filosóficos y de la BIBLIA misma, es lo que llamamos FE.

Es vivir en un mundo de realidades cósmicas, trascendiendo nuestra realidad tridimensional, con toda naturalidad. Quizá los sacerdotes y permeando sus enseñanzas a todos los súbditos, en una realidad mental trascendida. Realizando sus actividades cotidianas con la esencia de su realidad cósmica.

JESUCRISTO decía según la Biblia, “TU FE TE HA CURADO”, dando todo el reconocimiento del “milagro” a la FE. Actitud que en esa época era para la mayoría, imposible e inconveniente de aceptar, pues descalificaba el materialismo en que vivían y seguimos viviendo.

Pero ahora que se han puesto al descubierto esas VERDADES NO VERDADES, como lo sucedido en la época en que se creía que la tierra era plana y el sol giraba alrededor de la tierra, los descubrimientos despiertan en no pocas personas su condición de locos ante lo poderes político y económico, cuando exhiben que la ciencia no tiene explicaciones para muchas interrogantes como: ¿quién plantó el árbol de donde bajó el mono para evolucionar a hombre?, ¿quién prendió la mecha para la explosión del Big Bang (para no meternos con el átomo primigenio)?, o ¿quién infló el globo que contiene al universo?.

Con estos vacíos de información, podemos perdonar que los diccionarios omitan el verdadero significado de la palabra MILAGRO: DIOS.

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