Pontificado con plagas y un adolescente
Felipe Escalante Ceballos: Pontificado con plagas y un adolescente.
10 AÑOS PLAGADO. La prensa diaria nos proporciona un título muy interesante dedicado al Papa Francisco: “Pontificado de 10 años plagado de momentos únicos”. ¿Plagado? Ese vocablo es un participio adjetivo derivado de plaga, voz ésta que señala la abundancia de cualquier cosa nociva o molesta. Plagado significa herido o saturado, que está lleno o cubierto de algo que se considera nocivo o perjudicial.
No podemos decir que la gestión del Santo Padre en este último decenio esté llena de plagas sino, por el contrario, son muchos los hechos positivos que la adornan. Es obvio que el redactor debió de utilizar otras voces en lugar de “plagado”, como lleno, repleto, colmado, abarrotado o atiborrado. En ese título se ha cometido una impropiedad por emplearse una voz con uso distinto al que realmente tiene. De esa manera el periodista cambió el sentido de la frase y nos pone un buen gazapo a la vista.
NO ES LO MISMO ADOLECENTE QUE ADOLESCENTE. En redes sociales alguien publica la imagen del antiguo edificio donde se alojaba una ferretería, cuyo anuncio para atraer a la clientela era un enorme candado. En el interior (no “al interior”, como dicen algunos despistados) del inmueble funcionaba una sala cinematográfica donde inicialmente se proyectaron muy buenas películas. Un emocionado lector comenta: “Cuando era adolescente yo iba ese cine”. La voz “adolescente” no existe en el idioma español; si derivara del verbo adolecer, entonces sería adoleciente, por padecer algún mal o dolor.
La palabra correcta es adolescente, con la que señalamos a quien está en “la edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la pubertad hasta el completo desarrollo del organismo”. Tenemos a la vista un barbarismo, por utilizarse un vocablo erróneo. Otro gazapo se pone en la mira del tirahule.
DENOSTA POR DENUESTA. Nuestro amigo del micrófono, Mario Chacón Medina -émulo de Pedro Ferriz, el padre, en cuanto al conocimiento y uso correcto del idioma español-, envía a esta columna una noticia avistada en un diario local, relativa a las casi precarias relaciones entre nuestros vecinos norteamericanos y la 4T: “EE.UU. ACUSA A LÓPEZ OBRADOR: AMLO denosta a periodistas, indica reporte de abusos”. Según la gramática española, denostar es un verbo irregular que se conjuga como contar. Decir denosta, palabra inexistente en el idioma español, es un barbarismo. Lo correcto es “AMLO denuesta a periodistas”. Muchas gracias por el gazapo, apreciado don Mario.
La honda dispara una ráfaga, los guijarros se impactan en los tres gazapos, depositamos las piezas en el sabucán y a otra cosa, mariposa, como decía el recordado Nikito Nipongo.
Hasta el próximo tirahulazo.