Se llamó en vida y otros disparates
Felipe Escalante Ceballos: Se llamó en vida y otros disparates.
UN PLEONASMO. Este sábado acompañamos el desayuno con la lectura de la prensa diaria. La sección policiaca informa de un homicidio: “La víctima se llamó en vida Rolando S.G., de 28 años”. ¡Ah! ¡Qué bien! Así se llamaba en vida. ¿Y ahora cómo se llama la víctima?
Al usar más palabras de las necesarias el redactor pretende hacer más elegante lo escrito; pero, en realidad, comete un vicio del lenguaje llamado pleonasmo. Basta con decir “La víctima se llamó Rolando S.G.” para entender cabalmente esa frase; está por demás eso de que “se llamó en vida”. Recordemos a Juan Domingo Argüelles: “Toda lengua culta tiende a la precisión y a la economía verbal y utilizar palabras innecesarias es un desbarre”.
La resortera aloja grueso pedrusco en el “cuerito”, tensa las ligas, las suelta, el disparo sale con fuerza, el proyectil hace diana en el gazapo y la primera pieza de hoy reposa en la buchaca.
BALACERA Y UN OFICIAL HERIDO. Ahora acudimos a los noticiarios de la televisión nacional. Por el cintillo informativo del canal de las estrellas leemos: “Un oficial herido dejó una balacera sobre la carretera Toluca-Atlacomulco”. ¿El oficial herido dejó una balacera? Pues, no. Para redactar correctamente una oración la sintaxis española previene usar el sujeto, el verbo y el objeto, en ese orden. En este caso el sujeto no es el oficial herido sino la balacera. Debe decirse: “La balacera dejó un oficial herido…”
SOBRE LA CARRETERA. Por otra parte, en esa misma oración se usa de manera impropia la preposición “sobre”, cuyo significado es señalar un lugar más alto que otro punto geográfico. En vez de esa palabra debió de emplearse la preposición “en”, que indica la posición de algo encima de otra cosa, o también el lugar donde está algo. Lo correcto es decir y escribir “La balacera ocurrió en la carretera” y no “sobre la carretera”.
Esta vez la honda emplea sus dos cañones. El disparo derriba ambos gazapos televisivos, hallados en una sola frase, y los depositamos en la talega.
LO CONOCIÓ POR PRIMERA VEZ. Publicación en el Facebook: “Una jueza le permitió a un detenido conocer a su bebé por primera vez y todos se conmovieron”. “Conocer” significa entender, saber, comprender, percibir, notar, darse cuenta; y por ello conocer al bebé se dio en una sola ocasión. Conocer varias veces sólo ocurre cuando ese verbo se emplea en sentido bíblico: “Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual parió un hijo”. En este caso -que no tiene nada que ver con la Biblia-, basta con decir que el detenido conoció al bebé para entender la oración. Añadir “por primera vez” es una redundancia.
El tirahule no perdona: tremenda pedrada se impacta en el gazapo y a duras penas lo introducimos en el sabucán, éste queda lleno con los cuatro ejemplares y damos fin a la cacería.
Hasta el próximo tirahulazo.