Impropiedades gramaticales

Felipe Escalante Ceballos: Impropiedades gramaticales.

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FRIGORÍFERO POR FRIGORÍFICO. Hace algunos años un meridano aficionado a la pesca nos platicó de su última excursión a un modesto pueblo de la costa yucateca. El hombre festejaba el progreso que había observado entre los habitantes del lugar, en su mayoría hombres de mar y sus familias. Nuestro conocido nos informó: “Ahora los pescadores ya tienen un frigorífero para guardar su producción del día y no tienen que rematarla a los intermediarios”.

La voz “frigorífero” no existe en el idioma español. La palabra correcta es “frigorífico” (que enfría) y así se llama a las cámaras o espacios enfriados artificialmente para conservar frutas, carnes, etcétera. Es sinónimo de nevera. Estamos en presencia de una impropiedad gramatical, o sea, de una falta de propiedad en el uso de las palabras.

La honda hace su aparición. Un duro impacto pone al gazapo en once definitivo (como en las claves policíacas se decía en la época del “Charras”) y la primera pieza del día descansa en la talega.

SUCCIONAR POR SECCIONAR. En la prensa nos enteramos del grave percance sufrido por un torero español, a quien los médicos le practicaron una operación para curarle de una cornada de 15 centímetros con tres trayectorias. Según dice el diario “el diestro tuvo mucha suerte, puesto que el pitón quedó a tres milímetros de succionar arterias y venas”.

El Diccionario nos dice que “succionar” es chupar, extraer algún jugo o cosa análoga con los labios. Es sinónimo de “mamar”. El pitón del toro no iba a chuparle las arterias y venas al espada hispano, sino a seccionarlas, a dividirlas en secciones, separarlas o fraccionarlas. Aquí tenemos la impropiedad de darle al verbo “succionar” un significado distinto al que tiene.

La resortera interviene de nuevo, fuerte disparo derriba la impropiedad del lenguaje y el segundo ejemplar de hoy reposa en la buchaca.

UN “SHOW”. Llámase extranjerismo a la voz, frase o giro de un idioma extranjero usado en castellano. En días pasados la prensa local nos dio un ejemplo de ello al titular una noticia como “Bailarán flamenco y jarana. El Teatro de las Artes recibe hoy un show de danza”. ¿Un show? Esta voz, procedente del idioma inglés, tiene su equivalente en la lengua española: espectáculo, función, fiesta, representación, etcétera. El propio informador emplea después una locución castellana al afirmar que la compañía de danza “presentará el espectáculo ‘Paseo por España y hasta la jarana’ en el Teatro de las Artes Nina Shestakova”. Gran riqueza hay en el vocabulario de la lengua de Castilla y por ello es indebido recurrir a extranjerismos cuando hablamos o escribimos en idioma español. Con ello sólo se revela la pobreza léxica del redactor.

El tirahule lanza certera pedrada al “show” y un último gazapo pasa a formar parte del contenido del sabucán. Con esto finalizamos la expedición de caza.

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