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En la época de los gobiernos centralistas que comprenden los años 1836-1845, existieron en México ocho congresos diferentes. De ellos la mitad fueron de carácter constituyente. Se elaboraron dos constituciones que estuvieron vigentes y cuatro proyectos. Construir la nación seguía siendo el problema toral para los centralistas, que tuvo una vida azarosa en medio de amenazas extranjeras, en total banca rota e imposibilidad de acceso a endeudamiento externo debido a la incapacidad de pago de intereses por préstamos ingleses de 1824 y la división política.

La concepción política y administrativa del territorio adoptada por el centralismo se sustenta, en parte, en el Antiguo Régimen y el establecimiento de las intendencias. La creación de estas circunscripciones en dicho periodo, se caracterizó por la inestabilidad, reflejada en los cambios frecuentes de Presidente y ministros de hacienda, Antonio López de Santa Anna gobernó tanto en el centralismo y en el federalismo, en total entre 1835 y 1846 hubo 18 gobiernos.(1).

El fracaso de la constitución centralista se ha atribuido a la debilidad de Anastasio Bustamante y a las dos dictaduras, la Santa Ana y Mariano Paredes y Arillaga. El periodo provisional del centralismo terminó el 19 de abril de 1837. Anastasio Bustamante, elegido Presidente, gobernaría hasta septiembre de 1841, con excepción de un breve interinato de cuatro meses que encabezó el general Santa Ana, en 1839.

El Segundo Congreso Constitucional Centralista tuvo que enfrentar circunstancias muy complicadas que convergieron durante el Gobierno interino de Santa Ana, del 17 de marzo al 10 de julio de 1839, Santa Ana actuó por encima de las siete leyes y de los demás poderes, tuvo que negociar el tratado de paz con Francia y las reformas a dichas leyes, lo que forzó a México a pagar reclamaciones exageradas, limitó la libertad de prensa, acompañó sin permiso del congreso al general Valencia en la campaña del noroeste.(2).

En 1840 la hacienda pública estaba en bancarota, los federalistas promovían levantamientos, el Gobierno era débil y no caía porque las diferentes fuerzas no se unían, el levantamiento militar de Valentín Gómez Farías, que tomó prisionero al Presidente en Palacio Nacional, propició la desaparición de los poderes constitucionales, dando como resultado que los militares llenaran el vacío, Santa Ana asume otra vez el poder con el respaldo del ejército, si bien las bases de Tacubaya le otorgaban poderes ilimitados, también lo obligaron a convocar un congreso en la elección de 1842 que ganaron los federalistas, entrando en conflicto con el caudillo al discutir los grandes temas de federalismo-centralismo, Santa Ana disolvió el congreso y nombró una junta de notables o junta nacional legislativa.

El México actual nos vuelve a mostrar el enfrentamiento que existe entre el congreso con la oposición y el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha evadido sentarse a entablar un diálogo con sus adversarios, descalificando a sus adversarios cuando sus propuestas no pasan en el Congreso, y en su mandato cobra suma importancia el ejército, haciendo a un lado a las instituciones.

Notas: 1. Véase el libro Zoraida Vázquez y Vera, Josefina (coordinadora), “Los centralismos mexicanos, 1835-1846”, El Colegio de México, Centro de Estudios históricos, Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, 2021, pag.69. 2. Ibídem, pag. 45.

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