Lo habíamos dicho y advertido en esta columna, al igual que en su pasado proceso interno que dejó fuera de la jugada a sus fundadores, hoy el escenario de la “vieja guardia” morenista volvió a denunciar otra situación más de imposición y un “chapulinismo” un poco más refinado.

“Alpha Tavera confunde las alianzas con la conjura, y reclutar a lo peor del PRI es lo que se nos dijo que no iba volver a pasar”, afirman varios de sus fundadores al dar a conocer los pormenores de una reunión convocada por la ex alcaldesa de Valladolid y liderazgos de su partido con Francisco Torres Rivas, presidente estatal del PRI, y a Mauricio Sahuí Rivero, candidato perdedor a la gubernatura en 2018.

El ofrecimiento de la candidatura para la alcaldía y una senaduría para ambos personajes identificados con el tricolor ha encendido la mecha de la discordia en torno a la dirigencia de Morena en la entidad, luego de saberse que contó con el respaldo de Fernando Xacur García y Andrés Peralta Rivera, y de los empresarios Fernando Barbachano, Ricardo Gamboa y Francisco Rivas, entre otros.

Trascendió que fundadores como Miguel Ángel Martínez Contreras no dejarán que se repita este escenario, pues detrás de la conjura orquestada por Alpha Tavera, se esconde el objetivo de entrar a la Cámara de Diputados y Senadores con legisladores de corte neoliberal, acusados de corrupción en el pasado, y de esta manera, tronar el avance democrático del país.

Señalaron que Alpha Tavera confunde la alianza con la conjura y que para ellos una verdadera alianza tendrá que ver con el deseo de su presidente Andrés Manuel López Obrador de entregar la estafeta de su partido a personas maduras políticamente y no con perfiles que no abonarán a la Cuarta Transformación, según señalan.

La semilla de la discordia ya empezó a aflorar en el seno del neomorenismo y por ello, se habla de un replanteamiento a la dirigencia estatal, pues es sabido que actores como Verónica Camino y Rogerio Castro han guardado disciplina con aquello de las reuniones privadas como para que ahora se realicen acuerdos de espaldas a la militancia.

Otro planteamiento que se haría a la dirigencia es el de contener el “farolismo” mediático, pues muchos actores de la 4T andan de boquiflojos con los medios en busca de reflectores como es el caso del delegado del INAH, José Arturo Chab Cárdenas, que un día sí y otro no, suelta cifras y proyectos ajenos a la realidad de la burocracia federal y es señalado por dejar crecer conflictos sociales, como los que pusieron en riesgo la zona arqueológica de Chichén Itzá.