Los que acuden a comprar sus alimentos de manera directa al mercado, tienda o súper de conveniencia, no ven el beneficio de que el dólar esté a la venta a $19.17. La queja es unánime, los costos en los alimentos aumentan de manera desorbitante. Hace una semana el precio del limón estaba a $12.00, ahora está a $24.00 el kilo de pechuga de pollo a $60.00, actualmente a $90.00 y es que el Gobierno Federal siempre va a tener a la mano un pretexto y, uno de ellos, es la inflación que es mundial y las secuelas de la pandemia, olvidando que la pandemia no fue exclusiva de México.

Según los datos y proyecciones del informe Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial (BM), divulgado el mes pasado, el Presidente de México, quien como candidato prometió un crecimiento económico anual de 4% en promedio, se quedará muy lejos de esa meta, ya que durante su Gobierno el país incrementará menos de medio punto cada año, apenas un 0.38%. De acuerdo con los datos y proyecciones del BM, entre 2019 y 2024, la economía de Brasil crecerá, en puntos porcentuales, 3.8 veces más que la mexicana; la de Argentina, 3.3 veces más; y la de Guatemala, ocho veces más.

Hasta el PIB de Nicaragua, país sometido a sanciones por la represión y las medidas dictatoriales de Daniel Ortega, acumulará un crecimiento de 13.4% en el periodo 2019-2024, cinco veces más que el de México, que no ha logrado recuperar el nivel económico prepandemia. En la cartera de los ciudadanos se plasma la carestía, ese es el mejor indicador económico.

A pesar que los hechos de violencia y cobro de piso por parte del crimen organizado en Yucatán son nulos, las repercusiones sí afectan a los yucatecos; economícamente y sé quizás que quien lee se cuestionará de qué manera, pero los productores de limón, aguacate de Michoacán, los de Guerrero con la producción del mango que sí tienen que pagar derecho de piso por cada caja que cosechen, además de que los tráileros igual deben pagar en carretera para que nos los asalten, por lo tanto, cuando llega el producto al Sureste mexicano los costos se elevan considerablemente, y quienes terminan absorbiendo los costos son los ciudadanos, mismo que ya empiezan a cuestionar a los gobernantes y a su partido al ser afectados en su economía.

No es producto de la casualidad que Morena tenga un decremento en la aceptación ciudadana en Yucatán, en la última encuesta que realizó la casa encuestadora Massive Caller, el pasado enero, midió la intención del voto para elegir Gobernador en nuestra entidad y el conocimiento de los aspirantes, los resultados fueron los siguientes: Morena, 38.6%; PAN, 38.05; PRI, 8.7%; y un 9.4%, no se decide. Por conocimientos de los candidatos el PAN con Renán Barrera tuvo un 47.6%; Julián Zacarías, 23.4%; y Liborio Vidal, 17.8%. Morena con Joaquín Díaz, 38.0%; Verónica Camino, 17.8%; Raúl Paz, 10.4%; Rogerio Castro, 6.7%; Mario Peraza, 4.3%. El PRI con Jorge Carlos Ramírez, 29.0%; Mauricio Sahuí, 25.0%; y Pablo Gamboa, 21.8%.

Y es que en comparación con el mes de junio, la misma casa encuestadora arrojaba los siguientes resultados: Morena, 39.0%; PAN, 33.O%; PRI, 7.45. Por el PAN, Renán Barrera tenía 37.0%; Cecilia Patrón, 31.1%. Por Morena, Joaquín Díaz con 30.4%; Verónica Camino, 22.3%; y Mario Peraza, 6.1%. Por el PRI Jorge Carlos Ramírez con 25.8%; Pablo Gamboa, 21%; y Mauricio Sahuí, 22.6%.