Con todo respeto a la figura presidencial –que es a lo que debemos tener siempre respeto, no a la persona que temporalmente la encarna–, permítanos expresar, con una frase antigua y conocida entre los políticos, aquello del pobre político que es un político pobre.

En su edición del reciente viernes 11, esta casa editorial incluye declaraciones del señor presidente Andrés Manuel López Obrador, quien nos adelantó que, haciendo uso de los derechos que ha adquirido como servidor público, cuando termine su actual mandato en la Presidencia de la República tramitará su pensión del Issste para irse a vivir en el municipio de Palenque, Chiapas.

Según la información que dio el propio AMLO, ya cumple con el número de años laborados y cotizados en el Issste suficientes para pedir su jubilación y la pensión correspondiente.

“Voy a tener una pensión del Issste, que calculo van a ser como 25 mil ó 30 mil pesos mensuales, porque cumplo con los años trabajados”, declaró el Presidente. “Ahora también estoy aportando; entonces voy a tener derecho a una pensión cuando me retire”.

Al contrario de lo que piensa López Obrador según lo que acaba de declarar, los 100 millones de mexicanos o poco menos aproximadamente que trabajan y sueñan con jubilarse y pensionarse, creemos que el dinero es importante entre otras cosas porque aunque ya nos hayamos jubilado, seguiremos necesitando alimentos y medicinas.

Estamos seguros, por lo que dice ahora el jefe del Ejecutivo federal, que ya buscó y recibió asesoría respecto a las opciones que hay en el país para jubilarse, y que muy probablemente ya incluso se inscribió en la Modalidad 40 del sistema de Afores y de la ley del IMSS o del Issste, y que ya le explicaron cómo puede elevar el monto de su pensión, haciendo aportaciones mensuales, voluntarias y fijas durante dos o tres años, que aumenten su fondo de retiro. Lo decimos con conocimiento de causa porque nosotros ya hicimos los trámites necesarios.

Hacemos un paréntesis para lanzar una ferviente exhortación a los trabadores que se acercan a la edad de jubilación o prejubilación, a fin de que pidan la asesoría de un experto de las Afores que les explique las opciones que tienen para que cuando dejen de trabajar no se mueran de hambre y abandonados en la calle, como cánidos sin progenitora. Ahora es el momento preciso para empezar a planear cómo le van a hacer frente a su último despido del campo laboral.

El viernes pasado también hubo nuevas noticias acerca de un tema en el que el presidente Andrés López ha estado muy involucrado, y es el tema de los paneles solares a los que han recurrido muchos particulares para tratar de reducir el elevado pago que hacen por su consumo de energía eléctrica. Al parecer los organismos federales que rigen el uso de esos sistemas aumentarán los requisitos que hay que cumplir para acceder a esa opción.