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El pasado jueves, el Jefe del Ejecutivo presentó por cuarta ocasión su Informe de Gobierno. Nada que no se haya dicho en las mañaneras diarias durante los cuatro años que lleva el sexenio. De hecho, si uno analiza los tres informes anteriores se dará cuenta de que dicen prácticamente lo mismo: los gobiernos anteriores eran malos y a partir del 2018 la transformación lo cambió todo.

Sorprende y no que AMLO use una y otra vez cifras de años anteriores para presentar en la actualidad. Una vez más el Covid-19 fue el culpable del México de 2022. Aunque está demostrado que la recuperación económica en el país ha sido un poco más tardada que en otras naciones, Obrador insiste en que con el “régimen neoliberal” estaríamos peor. Entre las pocas cifras y datos duros que se vertieron en el informe destacan las siguientes: 1) Antes de la pandemia, los más ricos de México ganaban 18 veces más que los más pobres (en promedio), mientras que para agosto-noviembre de 2020, sólo ganaron 16 veces más. 2) Mientras que los hogares del medio urbano perdían 8% de su ingreso, los del ámbito rural lo incrementaron en 3.4%.

De estas cifras podemos tener varias lecturas, pero algunas de ellas que vale la pena destacar, son que para AMLO lo que importa es reducir la brecha económica sin importar que lo que la disminuya sea que unos ganen menos y no que otros ganen más. Por otro lado, hay un sesgo fortísimo en el segundo dato, pues en las zonas urbanas también hay miles de personas en situación de pobreza, quienes vieron igualmente disminuidos sus ingresos en ese 8%.

¿Cómo pueden ser un orgullo estas estadísticas, cuando la información económica referente a la inflación, por ejemplo, refleja un claro deterioro en los ingresos y en el poder adquisitivo del grueso de la población? Y eso que no tocaremos a fondo el tema de las remesas, cuyo incremento se sigue viendo como un logro del gobierno y un voto de confianza a la 4T, en lugar del penoso reflejo de la migración de decenas de miles de mexicanos, quienes abandonan su país por la notoria falta de oportunidades.

Por lo demás, el Cuarto Informe de Gobierno estuvo lleno de los lugares comunes y favoritos del oficialismo: el triunfo discursivo sobre el pasado y los grandes proyectos del futuro -que de esos, dos ya son del presente: la refinería de Dos Bocas que no ha refinado y que ya representa un sobrecosto reconocido por el mismo Presidente, así como el Aeropuerto “Felipe Ángeles”, que sigue sin contar con los vuelos suficientes que lo hagan rentable y que coadyuve a despejar el espacio aéreo saturado de la capital del país. Faltan solamente dos informes del primer gobierno de la llamada “4T”, y muy seguramente nos enfrentaremos a los mismos datos -y sobre todo al mismo discurso- que los cuatro anteriores.

Extra: Desde que se hizo público el proyecto en la Corte que pretende invalidar la Prisión Preventiva Oficiosa, el Ejecutivo ha presionado desde diversos frentes al Poder Judicial Federal. Ayer lunes, empezada ya la discusión, cuatro ministros manifestaron que votarán en contra. Prácticamente se infiere que esta medida que vulnera Derechos Humanos seguirá vigente un tiempo más, para beneplácito del oficialismo.

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