Mientras no decaiga la popularidad...
Héctor López Ceballos: Mientras no decaiga la popularidad...
Los últimos días han estado agitados para el régimen obradorista. Primero se anuncia la publicación de “El Rey del Cash”, libro que presuntamente exhibirá varios enjuagues económicos de AMLO y sus aliados durante 18 años de historia. Como todavía no ha salido, no podemos saber qué tan confiable y verificable es la información que en sus páginas contiene, pero sí podemos decir que, cuando menos, ha activado a toda la maquinaria cuatroteísta y la ha puesto a desacreditar una obra cuyo contenido desconocen. Así es este oficialismo: a priori, todo lo que ataque al líder es equivocado, mezquino y un movimiento desesperado de la oposición “moralmente derrotada”, como ellos le llaman. Muy doctrinario y demagógico el asunto.
Por otro lado, se filtraron millones de documentos en poder de la Sedena y que fueron a parar a manos de Carlos Loret de Mola. Tiene razón un amigo mío, destacado periodista, cuando comenta que de todo lo relevante que pudo sacar quien difundió la detención montada de Florence Cassez, escoge la nimiedad que representa la salud presidencial. AMLO, más diestro en el marketing político que en la gobernanza, sacó provecho magistralmente del escándalo y se fortaleció. Ahora sus seguidores pregonan que tenemos un Presidente que, a pesar de sus numerosas dolencias, trabaja arduamente por el país. Vaya manera del periodista yucateco para robustecer la imagen política de quien pretendió debilitar. Eso sí, habrá que estar atentos a la importancia que puedan ir adquiriendo esos documentos filtrados.
En tercer lugar, otros reyes del marketing (pero del terror), también impactan en el Gobierno obradorista. Hace dos años, cierto grupo del crimen organizado difundía un video en las redes mostrando vehículos blindados, uniformes tácticos y armas de grueso calibre. El Estado Mexicano sostuvo que se trataba de propaganda. El 30 de septiembre pasado, ese mismo grupo declaraba que San Luis Potosí y todo el estado les pertenecían, como si una entidad de la República se tratara de un rancho o un terrenito del que cualquier particular puede disponer a sus anchas. Es evidente que la estrategia para pacificar al país ha sido un fracaso, al menos cuando nos encontramos con episodios como éste, o como el enfrentamiento en centros comerciales de Guadalajara entre miembros de las Fuerzas Armadas y grupos del crimen organizado, donde los únicos perjudicados son los civiles.
Quien suscribe estas líneas duda mucho que todo lo anterior vaya a lograr que el Gobierno Federal replantee sus estrategias y acepte fallos. Lo que sucederá ya lo hemos visto: todas son calumnias de una oposición perdida y desesperada (que sí lo está) por bajar la popularidad del Presidente, parámetro principal del Gobierno y logro que más pretenden destacar en esta administración. Esperemos que con popularidad se resuelvan los problemas que aquejan al país