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Que el peso se “recupere” frente al dólar es bueno y malo, según la vara con que se mida. Si usted o algún familiar gana en dólares, que esta moneda pierda valor seguramente no será de mucho agrado, sobre todo en un contexto en que la inflación no cede y sigue la lógica contraria al aumentar mes con mes. Gana menos y las cosas cuestan más; pero a nivel general, podríamos decir que resulta atractivo a varios agentes económicos que el dólar baje su valor frente al peso.

Y eso es precisamente lo que hay que señalar: más allá de que el peso se esté fortaleciendo, el dólar ha mostrado un debilitamiento, una tendencia a la baja. Varios economistas han explicado que guarda relación con las tasas de interés en Estados Unidos, aunado al buen papel que el Banco de México ha desempeñado al tratar de mantener a raya la inflación. A muchos inversionistas extranjeros les ha resultado atractivo invertir en valores mexicanos que pagan en pesos, lo que aprecia de alguna forma nuestra moneda.

También ha sido factor determinante el aumento en las remesas que millones de mexicanos envían a nuestro país desde los Estados Unidos. Al inundar nuestra economía con el billete verde y realizarse la conversión a pesos, nuestra moneda también se aprecia y esto tiene un efecto “positivo” en el peso mexicano. Gran paradoja: los paisanos que ganan más ahora envían, relativamente, dinero con menor valor.

Además hay que tomar en consideración el récord en inversión extranjera que México ostenta. Graciasmente menores y a las facilidades económicas que los inversionistas extranjeros tienen y que son más atractivas que en sus países de origen, el peso se fortalece.

Nada de lo anterior es, por supuesto, logro del Gobierno Federal. Si acaso han influido en mantener salarios precarios (comparados con Estados Unidos y Canadá) que atraen la inversión extranjera. Que las tasas de interés del Banco Central estadounidense o del Mexicano ayuden a contener la inflación (lo mejor que pueden) y que los paisanos al otro lado de la frontera manden más dinero escapa de las manos del Gobierno.

Bueno, quizás las condiciones de violencia extrema en el país y las dificultades que pone el Gobierno para emprender sean responsables del aumento de la migración, e indirectamente que más personas manden dinero desde el otro lado, a falta de oportunidades en México. Quizás sí, entonces, sea logro de la Federación el abaratamiento del dólar frente al peso. ¿Cuál convendría más?

Extra: como casi todas las mañaneras, AMLO insiste en atacar al único poder que parece no alinearse al oficialismo. No sólo intimida a los Ministros de la Corte que van a resolver la Constitucionalidad de la reforma electoral o “Plan B”, sino que vuelve a “exponerlos” por los sueldos que perciben. Cualquiera diría que la constitucionalidad le preocupa poco al Presidente, y que lo realmente importante es que el Estado se cuadre a lo que él considera correcto. Se le olvida que la verdadera voluntad del pueblo no es la que él interpreta, sino la que está plasmada precisamente en la Constitución.

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