El destino del presupuesto
Héctor López Ceballos: El destino del presupuesto.
Ya estamos cada vez más cerca de ver totalmente aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024. En horas pasadas se dio luz verde a la manera en que pretenden gastarse 1.9 billones de pesos durante el próximo año, de los cuáles 20% provendrán de deuda que el Legislativo está permitiendo al Poder Ejecutivo contraer. La necesidad de endeudarse, por cierto, no es el azote del huracán Otis al puerto de Veracruz, sino el incesante aumento de programas sociales que cada vez impacta más en una bolsa que no da para todo.
De hecho, la oposición y el grupo “moreno” de los ebrardistas criticó que nada del PEF 2024 se destinó directamente a la reconstrucción de la ciudad guerrerense, pero que sí se catalogaron cuantiosos recursos para las megaobras de López Obrador y para las fuerzas armadas. A pesar de que grupos externos y empresarios estiman que se requieren cerca de trescientos mil millones de pesos para levantar Acapulco y, cuando menos, dejarlo como estaba antes del fenómeno hídrico, el Ejecutivo Federal apenas contempla sesenta y un mil millones, es decir, poco más del 20% de lo que se proyecta será necesario.
Los ganadores en aumentos presupuestales fueron los programas sociales para el bienestar (jóvenes construyendo el futuro y adultos mayores, por ejemplo) y fuerzas armadas. También habrá incremento para becas Benito Juárez, a pesar de que ni la Secretaría de Educación Pública ni otros organismos oficiales han solicitado que se extienda el programa de apoyos a estudiantes. Lo anterior, por supuesto, y al no existir un superávit petrolero suficiente ni un aumento en los impuestos, significa que ese recurso saldrá del Poder Judicial de la Federación y de Organismos Constitucionales Autónomos, como el Instituto Nacional Electoral. Al menos así se estableció en el dictamen aprobado por la comisión respectiva.
Tren maya y Dos Bocas, por cierto, también verán incrementado su presupuesto y contarán con varios miles de millones de pesos para su desarrollo y funcionamiento.
Mientras usted lee estas líneas, querido lector, se estará discutiendo y aprobando en el Pleno de la Cámara de Diputados la versión definitiva del Presupuesto para 2024. Esperemos que, independientemente de la ideología, los programas insignia y el año electoral, se pueda considerar un recurso estructurado y etiquetado exclusivamente para atender el desastre causado por Otis en Acapulco. Desde la desaparición del fideicomiso del Fonden los recursos para atender contingencias de este tipo puede gastarse de una forma más arbitraria, por lo que es indispensable garantizar que el dinero llegará a la gente de Guerrero que requiere de la intervención del Estado Mexicano. Si no se separa el presupuesto suficiente, las consecuencias de lo acontecido en Acapulco serán mayúsculas, pues terminaría por rematar una zona con ya de por sí muchos problemas sociales y de seguridad. El coordinador de la bancada de morena en la Cámara Baja advirtió que presentaron casi 1800 reservas al dictamen, por lo que aún hay esperanza para las decenas de miles de damnificados. Veremos.