Un fraternal saludo a los lectores del Novedades, con motivo de la llegada del año nuevo. Estamos conscientes de que todavía hay un rayo de luz y de esperanza para que caminemos por senderos menos dramáticos.

Qué sería de nosotros si cada 12 meses, no tuviéramos la oportunidad para comenzar y corregir lo que estuvimos haciendo mal.

¡Feliz año nuevo! Es la frase que pronunciamos por costumbre o cortesía, y en ella se encierra todo un universo de sinceridad, porque el ser mejores como seres humanos, propicia felicidad para nuestros semejantes.

Bondadosas acciones trajeron alegría a muchas personas en la Navidad, porque el que es feliz contagia armonía, al contrario del carente de amor que su desgracia deja poca o mucha desdicha a todos los que le rodean.

Sintamos realmente el anhelo de vivir en una perdurable paz, y que estemos dispuestos a contribuir para lograrlo, extendamos la mano para que nuestros semejantes descubran y sientan que no deseamos la violencia y que repudiamos las armas.

Conservemos el sincero anhelo de corregir errores y retomando las palabras del Papa Francisco en un deseo de paz para toda la humanidad.

Mi más sincero deseo de paz a toda mujer y hombre, en particular a quien se siente postrado por su propia condición existencial, condenado por sus propios errores, aplastado por el juicio de los otros, y ya no logra divisar ninguna perspectiva para su vida, a todos ustedes, esperanza y paz, porque este es un año de gracia que proviene del corazón del redentor.

Feliz 2025 para todos nuestros estimados lectores.