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El día de hoy en México ya entró en funciones una nueva administración, con la primera mujer electa en nuestro país y ciertamente en muchas personas hay incertidumbre, miedo, inseguridad ante el panorama que se nos ofrece después de los seis años que duró el gobierno de López Obrador.

Sin embargo, y a pesar de todos los escenarios adversos que se han planteado es preciso que renovemos nuestra esperanza y tratemos, entre todos, de reconstruir el país que nos ha dado tanto; esta es nuestra casa, el suelo que nos vio nacer o que hemos adoptado por alguna buena razón y no sería justo que como en otros países algunos se sientan obligados a emigrar por no alcanzar las garantías mínimas de bienestar social.

Nos sumamos al Mensaje que los Obispos Mexicanos han enviado a Claudia Sheinbaum en vísperas de su toma de posesión, donde además de reiterarle que contará con sus oraciones y que le desean un buen inicio y fructífera gestión también orarán por todo su gabinete, para que los nuevos servidores públicos lo sean de verdad.

Tenemos muchos problemas, son del dominio público y la parte más crítica se centra en estos 4 (abordaremos otros en nuevas entregas):

Violencia e inseguridad: con más de 190 mil homicidios en el mandato de AMLO. El narcotráfico, especialmente la expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación sigue causando estragos en estados como Sinaloa, Chiapas y Zacatecas. Pensamos que la nueva Presidenta debe considerar que la estrategia de “abrazos, no balazos” que ha prometido continuar en la práctica se ha visto que no es efectiva.

Migración: tanto de entrada como de tránsito, sigue siendo un desafío significativo, sobre todo en las zonas fronterizas del sur del país, donde predomina la anarquía y violencia que agrava la crisis humanitaria. Un gran reto será la presión de controlar el flujo de migrantes hacia Estados Unidos.

Economía y desigualdad: la situación económica es otro gran desafío. Sheinbaum hereda un país con una desigualdad persistente y la falta de recursos para implementar nuevas políticas rápidamente. A pesar de que hay avances en algunos indicadores macroeconómicos, el crecimiento sigue siendo lento y las expectativas de la población y sigue siendo alta.

Falta de certeza jurídica: los inversionistas han externado su preocupación en relación a la estabilidad y las garantías en México, lo que ha llevado a algunos a reconsiderar o postergar proyectos. Los principales problemas que afectan la inversión son la inseguridad, la falta de energía y deficiencias en infraestructura básica, como el suministro de agua. A ello se le suma la incertidumbre jurídica por la reforma judicial, que propone la elección de jueces por votación; lo que genera desconfianza; así lo han expresado sectores como el automotriz, turístico e inmobiliario.

La inseguridad en diversas regiones del país, así como la falta de acceso a energía limpia, también ha afectado a empresas que buscan expandir sus operaciones. Los inversionistas buscan estabilidad a largo plazo y a la mínima señal de volatilidad o inestabilidad política buscarán redirigir su capital a otra nación.

Consideramos que la nueva Presidenta es inteligente y sabrá desmarcarse de su antecesor para hacer mejor las cosas en beneficio de todos los mexicanos.

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