Cenizas en el Fénix desde el inframundo

Jacinto Herrera León: Cenizas en el Fénix desde el inframundo.

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Sin duda hoy por hoy, los incompetentes son preocupante realidad del cotidiano devenir. Muchos directivos o funcionarios sin carrera, alcanzan su nivel de incompetencia cual “Principio de Peter”, quedando con cenizas dentro inmaculadas y barnizadas uñas, las cenizas del otrora coloso del Fénix, le incomodan, ya que están acostumbrados a no mancharse su inmaculado albo traje, mientras con sus acciones, cobardemente se desempeñan cual títeres, carentes de principios y valores, a la entrada de titubeante pasillo de Hades (dios del inframundo). Estos sepulcros blanqueados, pecan tanto como “Israel”, cuando Moisés subió a la montaña en pos del decálogo.

Pero a que me refiero con el “Principio de Peter”, pues permíteme abundar sobre el particular. Este principio afirma que las personas que realizan bien su trabajo, son proporcionadas a puestos de mayor responsabilidad, tal que cuando no pueden ni formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, alcanzan su máximo nivel de incompetencia. Ahh claro, ya te acordaste de José Ortega y Gasset, quien a principios del siglo XX dio forma al siguiente aforismo: “Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes”.

Acertaste, es una fotografía de la actual estructura administrativa de las instituciones. Seguro te has topado en más de una ocasión, con el mesiánico y verborreico, que sin haber cursado párvulos te habla de ingeniería espacial.

Ese que construye sobre terrenos que jamás ha pisado y grotescamente critica sin “asomarse al campo de batalla”. Para estos la palabra liderazgo, es tan solo el título de cientos de obras para la clase de superación personal. Laurence J. Peter, norteamericano catedrático en ciencias de la educación en su libro concluye, que conforme avanza el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para llevar a cabo sus tareas encomendadas, con base al nivel que detenta y su trabajo lo realizaran los compañeros o empleados, que todavía no alcanzan su nivel de “incompetencia”.

Lo más grave y apocalíptico del asunto, es que estos “Peter modernos”, son una amenaza para la estabilidad y supervivencia de las instituciones que encabezan, y lo peor es que son “abanicados” por los mismos que luego lamentan la debacle de la misma. Hipocresía, dobles caras, juegos maquiavélicos, llámalo como quieras. Ahora entiendes la razón de esos discursos bipolares cuando han visto que la “regaron”. ¡Hay que tiempos señor Don Simón!, diría Joaquín Pardavé, en la inmemorable comedia de 1941.

Muchos estan inmersos en el escenario descrito, cual Gólgota laboral. Hasta ahora sin solución, dentro de la corrupción imperante. Los paganos continuarán siendo todos aquellos que no tienen otro remedio que acudir a recibir un servicio. “De las aguas mansas líbrame Dios, que de las turbulentas me libro yo”. He dicho

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