Fe, historia y Jesús el Cristo: su historicidad (I)
Joed Amílcar Peña Alcocer: Fe, historia y Jesús el Cristo: su historicidad (I).
Para las iglesias evangélicas reformadas la narrativa bíblica tiene como punto central de su desarrollo el kerigma, la interpretan como una revelación histórica muy particular: el actuar soberano de Dios a lo largo de la historia y el plan salvífico consumado por Cristo en la cruz. Se puede inferir que desde su perspectiva se trata de una revelación especial mediada, para su total entendimiento, por la fe.
Estas comunidades cristianas no han permanecido estáticas en la comprensión de esta historia, desde hace unos años han incorporado a su reflexión información proveniente de estudios históricos y arqueológicos sobre las culturas bíblicas. Han dado paso a una interesante interacción entre sus posturas religiosas y el conocimiento académico.
Las diversas denominaciones cristianas alrededor del mundo no dudan en afirmar la existencia de Jesús como un Rey celestial y un personaje histórico, una posición lógica considerando que Jesús es la piedra angular de las religiones cristianas. Usualmente se califica a estos grupos religiosos como sumidos en la ignorancia y la superstición, afirmación errada que no considera las transformaciones sociológicas y antropológicas que han experimentado en las últimas décadas.
Cada vez es más frecuente encontrar en las iglesias evangélicas una argumentación documentada y verificada sobre la historia bíblica, han aprovechado la gran cantidad de estudios de la academia dedicada a investigar sobre el pasado del pueblo hebreo. Sin embargo, esta tendencia sólo es observable en iglesias que han salido del molde conservador de estudio e interpretación bíblica y no en todos los casos con el mismo nivel de profundidad o amplitud. Los estudios académicos sobre la figura de Cristo tienen larga data, tan es así que se reconocen escuelas historiográficas consolidadas y que ofrecen tres modelos de actuar metodológico. Es de estas escuelas o corrientes historiográficas que han abrevado algunas iglesias evangélicas. Acontinuación, explico brevemente cada una de ellas.
Old Quest (siglo XVIII al siglo XX): esta corriente desarrolló una investigación basada en el racionalismo e influida por el positivismo. La búsqueda se centró en la recolección y comparación de los testimonios históricos sobre Jesús, de tal forma que se pudieran marcar genealogías textuales que rebelaran al verdadero personaje histórico que subyacía en los testimonios.
New Quest (siglo XX): después de un largo periodo marcado por el racionalismo, que devino en escepticismo, se propuso una búsqueda de Jesús que partiera desde el kerigma. Es así que el estudio de la figura de Cristo no podía ser separada del postulado teológico.
Third Quest (siglo XX y XXI): tiene como punto central el desarrollo de investigaciones multi y transdisciplinares que permitan una aproximación más amplia a la figura de Jesús. Su diversidad de puntos de análisis ha llevado a la generación de las más variadas interpretaciones de Jesús, así como a la creación de una corriente denominada “Jesús Seminar”, en alusión al seminario con sede en el Instituto Westar, que rechaza al kerigma como el punto de partida.
Estas posturas académicas tienen tras de sí construcciones ideológicas muy definidas, pero eso no ha impedido que se puedan encontrar consensos sobre el Jesús histórico. ¿Cuáles son esos consensos? De ello tratará la siguiente entrega. (Continuará).