El baxal toro en Tizimín: entre adrenalina, sincretismo y alcohol
José Luis Ripoll Gómez: El baxal toro en Tizimín: entre adrenalina, sincretismo y alcohol
No hay nada más alegre que una fiesta mexicana,
pero tampoco no hay nada más triste. La
noche de fiesta es también noche de duelo
Octavio Paz
Muchos tizimileños esperan todo un año su fiesta de Reyes. Los varones se engalanan con sus mejores filipinas de blanco impecable y sus alpargatas chillonas. Las mujeres son capaces de rentar los ternos con la idea de lucir esplendorosas. La jarana yucateca es una mezcla de música autóctona maya y europea (jota aragonesa) impuesta por los conquistadores. La coordinación entre los bailarines es fundamental.
“Ya empezó la jarana”, decían los hacendados españoles cuando veían que los indígenas bailaban. Al inicio del bailongo hay un saludo respetuoso del caballero hacia la dama inclinando el sombrero, esta responde con gracioso meneo y un saludo extendiendo su terno como accediendo a la invitación al encuentro. Sin pretender ostentarme experto, entiendo que hay dos compases el 3/4 y el 6/8. Las personas asumen su fiesta tradicional, la gozan, la disfrutan, viven para ella por meses. Piensan y sueñan hasta que llega el día. Las armonías de movimientos entre los danzantes es quizá la característica más importante del baile. Llegar y girar, dar vueltas en forma simétrica. Hay verdaderos expertos en el arte del baile jaranero. Llevan años practicándolo. Los cuerpos danzantes suelen avanzar varios metros con graciosos movimientos. De lo que se trata es de llenar el espacio con ritmos y anuencias.
Dentro de la fiesta de los Reyes Magos de Tizimín hay un evento llamado el baxal toro (juego con el toro). Hay elementos comunes que permean en el ruedo. La adrenalina se expande por todo el redondel del coso taurino artesanal. El baxal toro se trata de correr ante la amenaza del enorme buey, más que atacar, trata de huir de la chusma enardecida por el alcohol y el miedo al propio animal. Luego de evadir a la bestia, entran los jinetes emulando a expertos lazadores, con el fin de sacarlo y permitir un nuevo burel.
Los tradicionales “borrachitos” no pueden faltar, ya con efectos visibles del alcohol, se envalentonan no sólo frente al toro, sino ante la enardecida multitud que en plan de burla y diversión celebra todo.
En el pletórico tendido de palma y madera, el alcohol corre sin control. Cervezas de lata son las más comunes, pareciera que a todo buen vaquero no le puede faltar un sombrero y una cerveza espumosa. Aunque hay quienes prefieren sus botellas de ron o whisky. A fuera hay puestos de carnes y otros productos vinculados con la ganadería.
Los paramédicos se reportan listos con la ambulancia para salir directo al hospital en caso de ser necesario. Ante tanta gente, es probable que un corredor sea cogido por la bestia.
Frente a Palacio Municipal la Reina de la Feria 2023 baila al ritmo de la orquesta jaranera que suena las notas musicales del Chinito Koy Koy. Un grupo de turistas extranjeros perplejos toman fotos y sonríen ante el encanto del folklore yucateco.