Juramento y protesta, una sutil diferencia

José Luis Ripoll Gómez: Juramento y protesta, una sutil diferencia.

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Un cínico es un hombre que conoce el precio
de todo y no da valor a nada

Oscar Wilde

Enero es el mes en que recibimos al nuevo año llenos de esperanza y buenos deseos. No faltan los rituales para atraer la fortuna y la lista de propósitos a alcanzar en los meses por venir: ir al gimnasio, terminar la tesis, iniciar la maestría, ir a terapia, hacer el viaje pendiente, etc.

Las leyes deben tener sus mecanismos de coercitividad, ya que ésta garantiza su cumplimiento, de lo contrario, la tendencia va en el sentido de no respetarlas. Leyes sin castigos, no son obedecidas.

En términos técnico-jurídicos, las diferencias entre juramento y protesta son varias. La primera, es a quienes van dirigidos. Mientras el juramento tiene una connotación mística y comprometida con la divinidad, la protesta representa un aspecto civil. Se jura de “cara a la biblia”, se protesta afirmando respetar la Constitución, las leyes, los tratados y convenciones internacionales emanados de ella.

En cierta ocasión, una persona me confió que después de matricularse en una Universidad inglesa acudió a la biblioteca a registrarse para poder sacar libros para su casa, entonces él, pensando como sociológicamente lo haríamos los mexicanos, llevó toda su documentación necesaria, desde acta de nacimiento, hasta pasaporte y comprobante de domicilio, etc., pero la encargada sólo le pidió que jurara sobre la biblia que no haría ningún acto deshonesto contra la propiedad de la Universidad y sobre las obras bibliográficas y hemerográficas. El compromiso que asumía era con Dios, más importante que cualquier otro. En México, esto funciona de otra manera, podemos jurar y protestar cualquier cantidad de frases, sin embargo, no hay compromiso de que sea respetado. La moralidad tiene otra connotación sociológica más ligera. En nuestro país, cualquier compromiso no cumplido con el creador, se subsana con 5 padres nuestros y 10 aves María. Rendir protesta, aunque sea constitucional, es sólo protocolo.

En el mundo académico también se protesta cumplir con la profesión que se logra. Hay todo un protocolo de lealtad y honradez que en caso de incumplir tampoco genera consecuencia alguna.

Otra diferencia entre jurar y protestar es la consecuencia en caso de no cumplir. En el juramento, la condena del alma en el más allá, en cambio, en la protesta, son las posibilidades de que la nación nos demande, situación que no pasa tal cual. Todavía no conocemos persona que haya sido llevada a juicio directamente por no cumplir su promesa de respetar la Constitución. En nuestro país, la protesta opera como un formalismo legal sin consecuencias jurídicas reales. Son infinidad de casos en donde los que protestan no cumplen su compromiso y no sucede absolutamente algo. El juramento es compromiso moral, ético y religioso, la protesta compromiso legaloide protocolario. O lo hacemos cumplir o mejor quitarlo de estos formalismos legales que no tienen trascendencia jurídica, solo sirven para un protocolo político social en vano. De llegar a ser coactiva esta protesta, las cárceles se podrían saturar de políticos cínicos. ¿Quieren nombres?

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