Un mundo líquido con fecha de vencimiento
José Luis Ripoll Gómez: Un mundo líquido con fecha de vencimiento.
Piensa como piensan los sabios,
más habla como habla la gente sencilla.
Aristóteles
Duramente muchos años la filosofía ha sido vista como una materia asociada a personas intelectuales, por lo difícil de entender a la luz de la compresión de gente “común y corriente”. Sencillez y claridad es virtud de pocos. El filósofo por antonomasia es complicado. Pocos divulgadores de la filosofía han logrado hacer de esta un ejercicio sencillo. Transmitir en términos simples lo que tradicionalmente ha sido desarrollado como complejo no es tarea fácil. Esa es la propuesta de Aristóteles y, sin embargo, es una ironía: casi todos los libros de Aristóteles son complejos. ¿Podría alguien no letrado en la materia comprender la obra de metafísica de Aristóteles?
Se dice que Kant, pese a que era un individuo de pensamiento complejo, gustaba realizar ágapes con gente sencilla, vecinos y amigos de oficios comunes. Apuntaba en una libreta los temas que abordaba en sus tertulias para evitar repetir los temas. Al parecer tenía arterioesclerosis cerebral.
El reto para los divulgadores de la reflexión de ideas consiste en ser lo suficientemente sencillos para transmitir a todos el pensamiento de los grandes autores del amor a la sabiduría. Si no somos capaces de ser sencillos para explicar las grandes corrientes del pensamiento filosófico, no tendrán futuro como actividad humana fundamental. Las personas, si no comprenden, no se interesan. El primer requisito para que un sujeto se interese en estudiar algo es que tenga la posibilidad de comprenderlo. Blaise Pascal lo revela: “El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende”.
Cuando alguien se adentra en un libro de filosofía en general, se encuentra con un lenguaje complejo, no entendible para todos. La filosofía suele ser compleja; entender los planteamientos filosóficos no es tarea sencilla. Quienes logren hacer esa transmisión sencilla tendrán la posibilidad de llegar a las grandes masas de la población y, a su vez, habrán encumbrando al pensamiento filosófico hoy tan menospreciado y vapuleado.
Nietzsche era un filólogo de lo más complejo, por eso no es fácil comprender sus teorías. Como muchos que no fueron filósofos, generó filosofía desde otra área. La filología le posibilitó hacer filosofía. Ha tenido muchos biógrafos. Aunque es un autor de los más rescatados del siglo XIX, también ha tenido sus detractores.
En el mundo de hoy, abigarrado, líquido, complejo, utilitario, con fecha de vencimiento pareciera que intentar hacer filosofía es ejercicio vano. Poco útil.
Los autores que han logrado ser exitosos han sido los que han contado con la capacidad de explicar con sencillez lo que se plantea desde la complejidad. Para poder transformar la realidad es necesaria comprenderla. De lo contrario no se logra el cambio. Ese es el reto. Eso es precisamente lo que buscamos ofrecer a nuestros lectores. ¡Ojalá lo consigamos!