Pagar tributos ¿Acto de ciudadanía?
José Luis Ripoll Gómez: Pagar tributos ¿Acto de ciudadanía?
“Las finanzas públicas andan también mal entre los espartanos. No hay dinero en la tesorería de la ciudad cuando se ven obligados a conducir grandes guerras, y las contribuciones se pagan mal, porque como la tierra es en su mayor parte de los espartanos, no hay depuración recíproca del impuesto territorial” Aristóteles.
Pagar tributos no es un acto de aceptación popular, “ni aquí, ni en China”. En en algunos países desarrollados, los ciudadanos pagan impuestos convencidos que de esa manera el Estado les responde a la satisfacción de sus necesidades citadinas.
Aristóteles de Estagira analizó, entre otros temas, los problemas de la polis (Estado-Ciudad), hoy se le conoce como filosofía política. Lo que realmente nos hace ser ciudadanos, es el pago de tributos. Es el vínculo real y efectivo con un Estado. Empero, ¿Quiénes de los ciudadanos pagan impuestos convencidos que es para el desarrollo del país?
Cobrar tributos no es una labor sencilla. Es impopular, en general, las personas somos renuentes a pagar tributos. En los países latinoamericanos no vemos la relación directa entre pagar tributos y beneficio social, sino por lo contrario, relacionamos ingresos tributarios con actos deshonestos de los gobernantes.
Hay varias posibilidades entre el Estado y el ciudadano: Una primera, sería un gobierno que pida pocos tributos a la gente y otorgue muchas condiciones, programas, estímulos, servicios públicos, subsidios o cualquier otra cuestión que favorezca al ciudadano. Resulta poco lógica la relación entre gobernante y gobernado. Entre pedir y dar. En tiempos electorales, los políticos suelen hacer énfasis en dar, en ofrecer sin justificar como lo van a lograr, como lo harán posible.
Una segunda opción es que los gobiernos establecen muchos tributos y proporcionen mucho. Pedir a los ciudadanos. ya hemos señalado que el pago de tributos, no es un acto popular; por lo contrario, a la mayoría de los individuos, no les gusta contribuir a los gastos del Estado, en parte porque no ven el beneficio directo.
En campaña electoral, proponer cobrar impuestos significa políticamente la derrota. No obstante, este tipo de vínculo tributario quizá sea de las más sensata y justa. Aunque parezca una paradoja de nuestro tiempo, el verdadero vínculo real y efectivo del ciudadano con el Estado, es contribuir con sus gastos.
La tercera posibilidad es un gobierno que pida poco a las personas y otorgue poco. Aunque caería en irresponsabilidad, es una especie de gobernar para aguantar, sin grandes transformaciones ni cobros de tributos. Dice Maquiavelo en El Príncipe: “[…] la mayoría de los hombres, mientras no se ven privados de sus bienes y de su honor, viven contentos”.
La cuarta hipótesis plantea, un gobierno que pida muchos tributos e impuestos y otorgue poco. Es totalmente inadecuado, inmoral, no ético e inaceptable. Aunque no faltará quienes sostengan que en la actualidad muchos gobiernos tienen esa tendencia. Electoralmente, nunca escucharemos una propuesta en tales términos. Es poco popular, no otorga votos.
A usted ciudadano, ¿Cuál tipo de relación Estado-ciudadano le convence?