Aniversario de “Gilberto”, huracán del siglo

Juan Vázquez Montalvo: Aniversario de “Gilberto”, huracán del siglo.

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Han pasado 34 años desde que el 14 de septiembre de 1988, cuando afectara a la Península de Yucatán un huracán que fuera llamado del siglo por su intensidad y su extensión, la cual abarcaba mil kilómetros, algo no visto hasta ese entonces.

Quienes vivimos la llegada de “Gilberto” no olvidaremos la noche del 14 y la madrugada del 15 de septiembre de aquel año. El ruido ensordecedor del poder de la naturaleza provocado por el viento al chocar con las estructuras de las casas y la incertidumbre que reinaba en esos momentos, cala en la memoria aún hoy. El fenómeno sorprendió hasta a aquellos que habían vivido años atrás otros grandes ciclones, pero jamás habían sentido tal fuerza y destrucción, un acontecimiento que escribió su nombre en la historia de Yucatán.

La historia de los huracanes quedó dividida en antes y después de “Gilberto”, aunque luego llegó “Isidore”, en 2002, nunca se olvidará los acontecido en 1988, y será contado de generación a generación.

Este huracán sucedió cuando la cultura de la prevención era incipiente, se hacía lo que se sabía por herencia familiar, pero jamás imaginábamos que esta colosal tormenta nos dejaría atónitos por la destrucción que causaría, los días que vivimos los habitantes de Mérida y de buena parte del Estado, sin luz eléctrica, sin agua potable, sin gasolina y demás problemas que pensamos ver en nuestra preciosa tierra del Mayab.

Para empezar, vivimos el impresionante desalojo de la costa yucateca a menos de 24 horas del impacto, el cual se realizó por la tarde y la noche del día 13, por la madrugada del 14, apenas a unas horas de su llegada, algo solo acontecido tras la afectación del huracán “Inez”, en 1967.

El retiro a la carrera por la mañana de todas las personas que se presentaron a trabajar a unas pocas horas del impacto y la afectación con la impresionante calma que nos dejó el paso del ojo del huracán, junto a las impresionantes rachas de viento en sentido contrario, tal y como se sintieron un tiempo anterior, quedaron marcadas en la memoria por ser situaciones a las que los yucatecos no estábamos acostumbrados a vivir en esa magnitud.

Algo histórico que seguirán contando a sus descendientes sin importar el paso de los años y las generaciones quienes lo vivieron, cada vez que llegue el mes de septiembre regresarán a nuestras mentes esos hechos y esas fechas que nos cambiaron la vida a los yucatecos, dejándonos una lección muy importante, tanto en aquel momento como ahora, y es que nunca debe de perderse el respeto por este tipo de fenómenos meteorológicos, cosa que antes de la llegada de “Gilberto” se había olvidado, a tal punto que se llegó a decir ante el largo trayecto sin llegada de ciclones tropicales, que en Yucatán ya no impactarían los huracanes, pero “Gilberto” nos dejó una gran lección.

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