¿Cómo va el descenso del acuífero?
Juan Vázquez Montalvo: ¿Cómo va el descenso del acuífero?
Han pasado 4 años y al parecer se ha olvidado el grave problema que sufrimos los yucatecos con las inundaciones que provocaron, primero, la tormenta “Cristóbal”, en junio, y luego los huracanes “Gamma”, “Delta” y “Zeta”, en octubre 2020, generando el rebose de nuestro acuífero en zonas del noroeste, norte y noreste del Estado, siendo que todas las energías y baterías disponibles se dirigieron hacia la zona urbana de la ciudad de Mérida, en la parte noroeste y poniente, en especial a los fraccionamientos de Las Américas y Ciudad Caucel, así como las comisarías del norte de la capital yucateca, pero a la parte noreste no se le dedicó tanta atención y de hecho ya se olvidó este suceso de las zonas que se inundaron entre Tizimín y Río Lagartos, en donde muchos ranchos tuvieron que ser reubicados, y aunque las carreteras ya fueron elevadas y se pusieron alcantarillas. Todo esto fue provocado por la gran cantidad de precipitación que cayó y que alcanzó en la estación nororiente de Mérida la exorbitante cantidad de 1.873,2 lts/m2 de altura de lámina precipitada acumulada, algo jamás ocurrido en la historia de Yucatán y la elevación de 5.20 metros del nivel de altura del agua subterránea.
Actualmente, es las zonas subterráneas que se inundaron ya está todo casi a la normalidad, ejemplos de esto son los estacionamientos de Plaza The Harbor y el Paso Deprimido, por decir algunos. Pero lo más importante, ¿usted sabe cuánto ha bajado el nivel del agua subterránea? Pues se ha reducido a un nivel de un metro sobre el nivel medio del mar y el espesor de agua subterránea en los pozos someros del norte de Mérida se encuentran en 0.605 de metro (dato FIUADY y ODISER EMPRESARIAL), muy envidiable espesor de agua tomando en cuenta la fuerte sequía histórica que estamos viviendo, ya que está como si estuviera acabando una buena temporada de lluvias y estamos a nada que comience la temporada de precipitaciones de este año, que según los modelos promete ser fuerte, con un 50% por encima del promedio y no parece que los niveles del agua subterránea vayan a regresar a como estaban antes del año 2020, incluso con el inicio del periodo de lluvias ya próximo.
Eso sí, aunque fuera una gran temporada de lluvias, como se pronostica, no será suficiente para hacer que rebose el acuífero, ya que cuando mucho, en el mejor de los casos, se llegaría a 3.50 metros sobre el nivel del mar, pero sí nos afectarán uno o varios ciclones y nos dejarán, directa o indirectamente, una gran cantidad de lluvia. El peligro es que cada huracán puede dejar hasta un incremento de 2 metros sobre el nivel medio del mar, lo que haría que rebose el acuífero de nuevo, o sea con sólo lluvias no rebosaría, pero si nos afectan ciclones, aunque sea indirectamente, sí habrá la posibilidad de rebose.
Las medidas de mitigación y protección para las zonas que se inundaron ojalá que pronto ya estén reglamentadas y, sobre todo, los planes de sensibilización entre los habitantes de las áreas que fueron dañadas sean ya aplicados, pues es alto el porcentaje de que alguna situación de rebose del acuífero nuevamente presente durante este 2024, por el fenómeno de “La Niña”. Además, ya el cambio climático ha alcanzado al estado de Yucatán, nos guste o no, y una muestra de lo que nos puede provocar ya fue hecha por la naturaleza, que nos demostró que nuestro acuífero tiene sus límites de tolerancia.