La maldición de ser mujer en México
Karla Martínez: La maldición de ser mujer en México.
A lo largo de mi trayectoria como lectora me he enfrentado a todo tipo de libros, los cuales me han hecho sentir y razonar, sin embargo siempre hay uno que supera lo generado por el anterior, como es el caso de “Maldita entre todas las mujeres: el rostro de los feminicidas” (2022), de la activista y escritora Saskia Niño de Rivera Cover.
Es un libro muy duro de leer por la crudeza narrativa, ya que se encuentra dividido en dos partes; la primera son los testimonios de los feminicidas; la segunda se compone del relato de los familiares de la víctimas quienes dan voz a las que ya no pueden.
A la mitad de la lectura tuve que cerrar el libro y no pude evitar las lágrimas, así como sentir una profunda impotencia y dolor, fue inevitable imaginar los últimos momentos de cada una de las mujeres que han sido asesinadas a manos de estos monstruos. Me llevó un día completo poder recuperarme, prepararme mentalmente para seguir leyéndolo.
La importancia de este libro radica en exponer las situaciones, factores que llevaron a los asesinos a cometer su crimen, no para justificar, sino para tomar cartas en el asunto y poder de alguna manera prevenir y abordar estos deleznables hechos, así como sacar a la luz las carencias y completa ausencia del Estado de Derecho.
Los familiares y amigos de las víctimas tienen que enfrentarse no sólo a la pérdida de su ser querido, sino a la impunidad, a los malos tratos de los que trabajan en el sistema judicial, los seres deshumanizados y sin una gota de empatía hacia los afectados.
Entre los casos que aborda Saskia, se encuentra el del “Monstruo” de Ecatepec, llamado Juan Carlos, que, con su pareja Patricia, se dedicaban a embaucar, violar, descuartizar y comer a sus víctimas. Entre los dos cometieron más de 150 asesinatos, una situación brutal, que desde 2012 venían realizando estos hechos sin que nadie se percatara de ello, hasta que un error en su operación los llevó a ser denunciados, por lo que procedieron las autoridades a abrir las carpetas de investigación correspondientes. Actualmente, cada uno purga su condena vitalicia, sin embargo, esto no borra el dolor y daño que les generaron a muchísimas personas, entre ellas a una pequeña de 7 años.
Por el lado de las víctimas, una madre narra la historia de su hija que fue asesinada brutalmente por el esposo, y los familiares de éste lo ayudaron para hacer creer a las autoridades que la joven se había quitado la vida, pero la madre sabía perfectamente que su hija no haría algo así, por el simple hecho de que tenía un niño pequeño el cual era su adoración. En su lucha por obtener justicia para llevar tras las rejas al asesino, años más tarde, le asesinarían a sus otros dos hijos; no puedo imaginar el dolor tan grande de la madre, ya que parte de este sufrimiento es por la profunda impunidad en nuestro país.
Hace falta mucha educación con perspectiva de género, sensibilización y concientización para erradicar este cáncer que está carcomiendo a nuestra sociedad, como es el feminicidio, para que el ser mujer no sea sinónimo de violación, asesinato, abuso, entre otras atrocidades.