Justicia, paz e igualdad entre las naciones
Ligia Aurora Cortés Ortega: Justicia, paz e igualdad entre las naciones.
Comenzaré por dar a conocer la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la cual proviene de una historia de dolor, sufrimiento, muerte y del gran clamor de solicitud de Justicia, Paz, Dignidad e igualdad entre las Naciones, a raíz de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Primera Guerra Mundial, de 1914-1918, la cual inició por el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austro-húngara, y de su esposa, la archiduquesa Sofía, en Sarajevo el 28 de junio de 1914, dando inicio a las hostilidades, que comenzaron en agosto y continuaron en varios frentes durante los cuatro años siguientes. Fue el evento histórico que definió el acontecer del siglo XX; devastó el orden político, económico y social de Europa, y su dudosa conclusión sentó las bases y preparó el camino para un escenario aún más destructivo: la Segunda Guerra Mundial.
La Segunda Guerra Mundial empezó en 1939 y terminó en septiembre de 1945, se produjo por la invasión de Hitler a Polonia, lo que dejó sumidos en la consternación al Reino Unido y Francia, ambos países se vieron en la obligación de declarar la guerra a Alemania el 3 de septiembre, dando inicio a la II Guerra Mundial.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento que marca un parteaguas en la historia de la Humanidad, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en París, Francia, el 10 de Diciembre de 1948, como un ideal común para todos los Pueblos y Naciones:
“La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. El desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias. Es esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión. Es esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones, ya que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad, en consideración que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre”.
A partir de esta importante Declaración Universal de los Derechos Humanos surgen toda una serie de Tratados, Convenciones, Protocolos, indispensables para lograr el Respeto entre los Individuos y entre las Naciones.