Todas las personas debemos ser conscientes de que hemos normalizado la violencia a través de la vida diaria, y de lo que escuchamos y vemos en los medios de comunicación, en las redes sociales. Y que incluso nosotros podemos ser víctimas o agresores de este mal que flagela a nuestra sociedad.

La violencia comienza con la psicológica, aquellas bromas inocentes e hirientes que lastiman la autoestima, al ignorar y dar la ley del hielo, ridiculizando y humillando, culpando y descalificando, ya sea en casa o en público. Si no somos conscientes podemos pasar a otras etapas más serias como es la violencia física al empujar, cachetear, patear, caricias agresivas, jalonear, destruir artículos personales, controlar, prohibir.

¡Cuidado!, entramos a una etapa muy peligrosa en la cual puede haber abuso sexual, violación, amenazas de muerte con objetos o armas, y tristemente se puede llegar a un feminicidio si la víctima es mujer, o un homicidio calificado o en razón de parentesco si quien agrede es la mujer.

Debemos ver las señales a tiempo, cuando el Círculo de Violencia empieza a mostrarse, porque la violencia enferma y opera por etapas: Acumulación de tensión, un elemento es la violencia psicológica en la cual la irritabilidad, intolerancia, frustración, insultos dan lugar al estallido de la violencia física, que es la tensión acumulada en la cual ya no hay posibilidad de comunicación entre el agresor y la víctima, y se estalla en golpes y agresiones que lastiman… Después del incidente violento, el agresor inicia una etapa conocida como la Luna de Miel, en la cual se justifica por el agresor y la víctima ese pequeño “accidente” y viene un período de reconciliación, se pide disculpas se promete no volver a suceder e incluso la mujer se siente responsable de ese episodio y muy probablemente se tienen relaciones sexuales.

Cuando una pareja se encuentra inmersa en este círculo de violencia se debe pedir ayuda y apoyo profesional, por sí solos no se saldrá de ese lastre llamado violencia. Muchas mujeres sufren violencia en su propia casa, pero callan por miedo o vergüenza; muchos hombres son agresores porque viven en la idea errónea de que ellos son los que mandan, carecen de herramientas psicológicas para remediar frustraciones, desacuerdos, y creen que la mujer y sus hijas deben ser obedientes y sumisas.

Se requiere ayuda profesional para salir de ese Círculo de Violencia, ya que ésta es una conducta aprendida en la sociedad, los hombres y mujeres deben reconocerlo y respetarse, y no considerarse inferiores, hay que actuar a tiempo, antes de que se causen daños irreparables e incluso la muerte.

Las autoridades federales, estatales y municipales, deben de tener Perspectiva de Género, como una herramienta con visión científica, analítica y política encaminada a promover la igualdad entre mujeres y hombres a través de la transversalidad de género, igualdad de trato y oportunidades en la elaboración y ejecución de las políticas públicas orientadas a prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, y tienen la responsabilidad de otorgar servicios gratuitos de atención multidisciplinaria integral que facilite el proceso de empoderamiento de las mujeres, y de ayudar a los hombres agresores a que reciban atención reeducativa que los ayude a tener una Vida Libre de Violencia.
Puedes acudir a las diversas instancias como son los Centro de Justicia para Mujeres, Centro de Atención Violeta, Centros de Desarrollo Municipal, Centro de Reeducación Integral para Hombres, las líneas telefónicas de orientación en las que puedes encontrar atención jurídica, psicológica, desarrollo social, capacitación laboral y bolsas de trabajo.

¡VIVE FELIZ, VIVE SIN VIOLENCIA!