U súutukil xik’nal o la preparación del vuelo

Lourdes Cabrera: U súutukil xik’nal o la preparación del vuelo.

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En formato de bolsillo, este conjunto de 50 poemas de María Elisa Chavarrea Chim, presenta emociones y temas que van variando sin previo aviso, sin aparente orden: pequeños mosaicos que mediante la alusión, la referencia y la radiografía configuran a una mujer y su entorno familiar, afectivo, social, histórico y cultural.

Aunque ha visto la luz el año pasado, fue elaborado previamente a la recepción del XV Premio Internacional de Poesía del Mundo Maya 2021. Pero resulta importante y necesario de conocer, ya que para los estudiosos de las trayectorias autorales, muestra con claridad una fase preparatoria, un ejercicio sostenido, mientras que en K sóolil, k miatsil puksi’ik’al encontramos textos de mayor aliento, que si bien continúan refiriendo los espacios domésticos y a las deidades mayas, muestran un valor poético más notorio y contenidos que pasan por el tamiz de la mirada particular.

En efecto, ya en numerosos poemas de U súutukil xik’nal, en su versión maya, se logra una grata acentuación rítmica, especialmente en las primeras sílabas de los versos, y a veces también logran cierta rima interna que suponemos intencional, ya que no siempre es propuesta al final del verso.

En “k’eban lool” (Flor pecado) encontramos: “tu k’uchul u k’iinil u xíit’il k’eban lool”. En “Luuch” (Jícara) el verso presenta sonoridad con dos vocales: “luuche´u k’uben Yum k’uj”. Y justamente el poema que da nombre al conjunto sostiene los acentos en las segundas sílabas de la mitad de los versos; cito los comienzos de cada uno: “ken liikik… tin paktaj… a’ a xik’nal… ma’ cha’ik. En “Ts’iibolal II” (Deseo II) hay un trabajo mucho mejor sostenido, pues el ritmo de los versos largos es invertido en los versos cortos: “In k’aat in jaant junxéet…”, se opone a “ma’a yaabiltiken…” y a “yóo’lal ma’ a paktiken”.

La obra ofrece aciertos igualmente en el nivel semántico, que refieren la cosmovisión propia. No es lo mismo que la voz lírica refiera asuntos cotidianos para escribir la historia de su pueblo, siendo la autora mayahablante, que si no lo fuera. Por esto “K’ajlay” (Historia) es un poema que muestra la capacidad de agencia de una mujer para registrar los acontecimientos, como en la conversación acerca del hambre, que conforma un bordado genuino. Es, entonces, doblemente valioso que sea maya, mujer, y que no se apropie ni restrinja la versión a su sola mirada, sino que mantenga la primera persona del plural, reflejando lo comunitario, la organización social.

Como parte del colectivo X’kusamo’ob, Elisa Chavarrea marca el compás de una segunda generación integrada por decenas de escritoras que han tenido formación y difusión. Esperamos que las publicaciones en colectivo continúen, y que cada una logre voz propia, aunque se hayan forjado de una misma escuela.

Con respecto a la edición, Proyecto meteorito incluyó tres paratextos, el de la editora, Patricia Martín, el de Fidencio Briceño y el de Jon Sarasua. Los dos últimos, dignos representantes de la resistencia y revitalización de las lenguas en riesgo de desaparición, enmarcan adecuadamente el mensaje de Elisa, a quien le deseamos un gran número de lectores, comentarios y aproximaciones críticas, no sólo de muchas partes del mundo, sino de Chumayel, su pueblo, y de Tjo’, su residencia temporal. Alto vuelo anunciaba este poemario y se ha cumplido. Muchas felicidades.

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